El lunes el BCRA tuvo que enfrentarse a una importante salida de dólares para pagar sus obligaciones. El dólar mantiene su nuevo piso y la deuda en pesos fue calificada como en default selectivo. Un año con todos los condimentos y recién arranca.
Martes 10 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
La semana arrancaba movida en la sede del Banco Central, la buena noticia anunciada el domingo por Pesce con respecto al SWAP con China no modificaba la realidad: se debía pagar esta semana a los acreedores de bonos duales del canje realizado por Guzmán, mientras que se debía girar al FMI fondos por el pago de los intereses de la deuda. Todo esto tiene un impacto en las reservas. Mientras que el viernes se conoció la noticia que una calificadora de riesgo nos había declarado en default selectivo por el canje que llevó adelante Economía el martes pasado. El 2023 arrancó a todo vapor.
Default selectivo
El viernes pasado Standard & Poor’s anunció que había decidido bajar la calificación de la deuda argentina a default selectivo luego del canje voluntario que postergó los vencimientos del primer trimestre. Desde el viernes la Argentina se le había asignado la categoría SD, cuando previamente estaba en CCC -, puesto que se consideró que se trató de un canje motivado por las dificultades que el país atraviesa. Fue denominado por la entidad como una “transacción en dificultad”. La calificadora considera que el país constantemente viene luchando con desequilibrios macroeconómicos y se encuentra ya en una situación limitada para extender sus vencimientos y colocar mayor deuda en el mercado. Cabe señalar que esta nueva calificación aplicaba solo a la deuda en pesos, mientras que la deuda en dólares mantuvo su calificación CCC + pero con perspectivas negativas.
Según la calificadora, el país lucha para tratar de aumentar la participación del sector privado en la deuda en pesos mientras que la incertidumbre sobre el futuro de ésta es cada vez mayor. Remarcaban que se trató del tercer canje en cinco meses, y la cercanía del proceso eleccionario genera aún más presión.
Al entregar esta semana los títulos correspondientes al canje, la misma agencia decidió rectificar la calificación volviendo a colocar la deuda en pesos como CCC -, considerando que se había subsanado el incumplimiento. Sin embargo, mantuvó las perspectivas negativas teniendo en cuenta que eventos inesperados puedan socavar, el ya limitado, acceso al financiamiento.
¿Qué va a pasar con los próximos vencimientos?
Más allá de todo análisis que uno pueda hacer, algo anda mal en las finanzas de nuestro país y su origen es la macroeconomía. Economía necesita financiar el déficit y para ello ha estado ofreciendo bonos duales. Esto implica cobertura para los dos mayores temores de los inversores: la inflación y el dólar. Si uno piensa la oferta del Estado, los miedos se incrementan. Se ofrece cobertura ante todo evento, por lo que el inversor debería estar dispuesto a ingresar ya que el nivel de riesgo se minimiza.
Así y todo, en el último canje el sector privado no se vio tentado a tomar este tipo de activos, por el contrario, prefirió las letras que vencían en el segundo trimestre con tasas del 6,4% mensual efectivas antes que un bono de este tipo con vencimiento luego de las elecciones o en 2024. Tengamos en cuenta que algunos privados ya estiman la deuda en bonos duales en unos USD 30.000 millones.
La madre de todas las batallas llegará después de abril, pero principalmente entre julio y septiembre donde se concentran la mayor parte de los vencimientos. En 2023 los vencimientos acumulan un valor de unos $ 16.700 millones, de los cuales $14.800 millones se producen en el periodo antes mencionado.
Es de esperar que Economía siga con la política actual de rollear vencimientos y de ofrecer canjes de deuda voluntarios. La mayor pregunta será: ¿Cuál será la actitud del sector privado en este contexto? ¿Continuará refinanciando siempre que la oferta sea en el corto plazo? Desde Hacienda necesitan despejar los vencimientos principalmente en los periodos cercanos a las elecciones para evitar que haya ruido adicional en el mercado que pueda complicar más las variables macroeconómicas.
El dólar y la inflación: el mercado vs el ministro
Mientras que con el pago de las obligaciones de este lunes algunos analistas ya hablan de un dólar de equilibrio de $400, el dólar libre parece estar decidido, por lo menos por ahora, a mantenerse firme por arriba de los $350. El futuro de su valor está atado a múltiples factores y habrá que esperar para ver qué pasa una vez que llegue febrero y la cuestión estacional haya quedado atrás. La preocupación de muchos es que la baja en las reservas fuerce al dólar libre a converger a esos $400 o a un valor superior, aún cuando los dólares financieros se mantengan más estables. El BCRA intervendrá todo lo que sea necesario para sostenerlos o por lo menos, evitar que se escapen.
Este fin de semana, el ministro de Economía habló sobre el 2023 y adelantó que la inflación que esperan para diciembre del 2022 no superaría el 5%. Sería llamativo, si. Pero también lo fue la inflación de noviembre. Es un tema de congelamiento de precios y puntos de muestreos. Pero probablemente empecemos a ver cada vez más seguido que las mediciones de los privados difieran de los valores públicos. Ya la inflación de la Ciudad de Buenos Aires les dio la razón a los primeros, en diciembre, el índice se ubicó en el 5,8%. Si se mantiene el criterio de los últimos dos meses, quizás el organismo que dirige Marcos Lavagna nos sorprenda con un 4,8%.
Por otra parte, en la misma entrevista el responsable de la cartera indicó que les recomendaba a las empresas que importaban que proyectaran un crecimiento en sus operaciones en torno a un 6/7% anual.
Si el objetivo es que la demanda crezca y de esa manera, impulsen la oferta al ponerle un techo a las empresas en cuanto podrán operar es una manera de ponerles también un límite a su crecimiento. Si a eso le sumamos, que ya se habla de extender el congelamiento de precios hasta junio, lo que tenemos es un horizonte de mayor desinversión. Si bien la carta de las importaciones hasta ahora le ha dado buenos resultados a Hacienda a la hora de convencer a las firmas para que acepten el acuerdo de Precios Justos, es probable que en marzo la predisposición ya no sea la misma, más si el dólar continúa con su camino ascendente.
Cada vez son más los rumores de que el cepo a los importadores se profundizaría. En este contexto, es importante señalar que la deuda actual del BCRA por el diferimiento en el pago de las importaciones supera los USD 8.000 millones. Asimismo, la Bolsa de Rosario estimó que las liquidaciones del agro podrían caer al menos entre unos USD 10.000 y unos USD 13.000 millones por la sequía. ¿Qué podría pasar? Un dólar diferenciado para sectores importadores o un leve ajuste del tipo de cambio o un nuevo dólar soja. Son todas opciones, pero la realidad es que a medida que pasa el tiempo menos efectivas se vuelven y más complejo se torna el escenario. Por lo menos para las PYMES que ya no saben como seguir surfeando la ola. El 2023 recién arrancó, pero tiene de todo y para todos los gustos. ¡Qué año que tenemos por delante! No queda más que arremangarse y a seguir intentando.
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