Ayer el ministerio de economía logró renovar deuda a una tasa más baja y cerraría el año de manera positiva. De cara al 2023, el desafío de la deuda en pesos preocupa a propios y ajenos.
Jueves 29 de diciembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Ayer el ministerio de Economía logró colocar unos $326.610 millones en deuda a través de una licitación de Letras del Tesoro. Los vencimientos de estas operan entre mayo y junio del 2023. Esto trajo un poco de alivio para cerrar el año, pero los nubarrones para en el horizonte cada vez están más cerca.
¿Cómo fue la última licitación?
El miércoles se colocó deuda por $326.610 millones, llevando la deuda total colocada en el mes de diciembre a unos $700.000 millones. Lo que trajo alegría al equipo económico fue que logró bajar la Tasa Efectiva Mensual del 6,7% al 6,38%, lo que se traduce en una Tasa Efectiva Anual en 110,10%. Aún queda una licitación para Bancos y Sociedades de Bolsa que se llevará adelante en el día de hoy.
Es importante señalar que los vencimientos que operaban eran por $62.825 millones y las ofertas recibidas llegaron hasta los $606.982 millones. Lo que se rechazó fue porque las tasas ofrecidas eran mucho más altas de lo que el Estado estaba dispuesto a aceptar.
La renovación se instrumentó a través de: Lelite (Letras del Tesoro) cuyo vencimiento es el 20 de enero de 2023 con una TNA del 69%; Letras de descuento (Ledes S28A3) con vencimiento el 28 de abril de 2023 cuya TNA es del 84,01%; y LEDES (S31Y3) con vencimiento 31 de mayo de 2023 con una TNA del 87,02%. El financiamiento se distribuyó $51.304 millones en Lelite, $185.825 millones en LEDES (S28A3) y el resto en LEDES S31Y3.
El volumen ofertado demuestra la gran cantidad de dinero que hay en la calle y que el mercado está dispuesto a financiar al Estado siempre que los vencimientos sean en corto plazo. Esto se pone aún más en manifiesto en el caso de los Fondos Comunes de Inversión para quienes se ofreció las Lelite.
Mientras que algunos analistas ven como positivo que haya habido ofertas por encima de lo que finalmente se aceptó, y que algunos inversores confían que los próximos dos meses tendríamos una inflación más baja, volcarse a instrumentos con tasas del 6% se vuelve más conveniente. Pero en cierta manera, lo que ha quedado en evidencia es que el mercado está inundado de pesos y que todos buscan desprenderse de ellos. Mientras el plazo sea corto, se podrá financiar el déficit y dado que es más conveniente para los inversores que quedarse líquido sufriendo por la desvalorización de su capital en pesos.
La deuda en vistas del 2023
Al lunes cuando el BCRA mostró su Informe Monetario, el stock de Leliq ascendía a $ 8.100 millones y los pases pasivos más de $2.000 millones, lo que representa en este último caso, un crecimiento del 120%. Al momento las TNA que paga el BCRA son del 75% para la primera y el 70% para los segundos.
En vista de esto, podemos decir que ante el enorme crecimiento de los pasivos mes a mes confluir a una baja de la inflación mensual es prácticamente imposible. Es simple: si las tasas de interés son muy altas, la demanda de préstamos cae, entonces los bancos no tienen más opción que recurrir al BCRA para colocar sus excesos de liquidez.
El otro motivo que hay detrás del crecimiento del stock de las Leliq viene dado por la política de esterilización que el BCRA ha estado llevando adelante. ¿Qué quiere decir esto? El Banco central, ha estado absorbiendo el exceso de los pesos que ha emitido el Tesoro de la Nación. ¿Para qué estuvo emitiendo el Tesoro? Por un lado, para la compra de títulos públicos, por otro, para poder financiar el dólar soja. Y debido a que las tasas de interés efectivas están por encima de la inflación, la deuda de intereses no logra licuarse. El resultado: los intereses para 2023 representa dos veces y media la base monetaria.
Ir por el camino de tasas descendentes, como se comenta que quieren desde Economía de cara a las elecciones, puede producir un efecto directo sobre el dólar: la gente retiraría sus depósitos y se refugiaría en la divisa extranjera. Si la brecha sigue creciendo es inevitable que la inflación se mantenga en niveles bajos, aún con programas de congelamientos de precios.
¿Qué opciones quedan?
Desde Economía esperan poder seguir con esta política de roll over de la deuda los primeros meses del año 2023, posdatando los vencimientos para después de las elecciones. Según trascendió se habría acordado con el FMI ofrecer nuevos instrumentos para reemplazar los vencimientos de 2023 y llevarlos a 2024. Es probable, que la oferta se materialice a través de bonos duales (aquellos que dan una opción de cobertura ante inflación o devaluación). De lograrse esto, el próximo gobierno – sea de la bandera política que sea -, tendrá que enfrentar un gran desafío. Pero en particular, si nos ponemos a analizar la situación de las Leliq, desarmar el problema tendría un costo altísimo tanto para el gobierno como para los inversores. Una de las soluciones que podrían llevarse adelante sería un canje compulsivo como sucedió cuando se llevó adelante el Plan Bonex (Ver artículo El plan Bonex vs el canje voluntario), pero dado el gran malestar que podría generar sería el peor camino para cualquier político.
La deuda fue un problema que golpeó fuertemente todo 2022, y la decisión de posdatar los vencimientos para 2023, lo único que hizo fue patear el problema para más adelante. Continuar con esta política de rollear los vencimientos tiene que llegar a un final, pero es difícil de imaginar cuando el déficit fiscal tiene como objetivo representar el 1,9% del PBI. La gran pregunta que queda abierta para el próximo año es: ¿se mantendrá el camino de cumplir con los objetivos y reducir el gasto o en un contexto electoral se comenzarán a tomar otro tipo de medidas?
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