La semana pasada fue la crisis de las figuritas, esta semana es el conflicto de los neumáticos, la semana próxima, ¿qué traerá? Si la economía no estuviera cerrada y a la deriva, muchos de estos problemas no existirían.
Miércoles 28 de septiembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Después de casi cinco meses de negociaciones con el gremio, finalmente el sector de la industria de los neumáticos entró en un punto de inflexión. Algunas de las fábricas ya han parado su producción, otras lo harán en breve y esto ha tenido un impacto en la cadena de abastecimiento de la industria automotriz. Toyota y Ford pararon sus producciones. Fiat tendrá que parar en diez días si la situación no se remedia. ¿Cuál es el impacto económico? Diariamente la industria automotriz pierde en exportaciones al menos USD 20 millones. Para un país que necesita dólares esto es gravisimo.
En el día de ayer el Ministro de Economía amenazó usando el argumento de las importaciones, es decir, si no hay una resolución positiva del conflicto van a liberar las importaciones de neumáticos. Lo irónico es que si la economía no estuviera tan cerrada como está y el cepo tan duro, quizás la crisis no existiría. Ni esta, ni la anterior ni la próxima. La economía está cerrada, el país está cerrado, pero vayamos por partes.
¿Qué es una economía cerrada?
Una economía cerrada intenta ser autónoma y depende pura y exclusivamente de su industria local para satisfacer las necesidades de su población. En este contexto se desalienta el intercambio comercial ya sea en lo que respecta a las importaciones, como también las exportaciones. Es el gobierno a través de las políticas que implementa quien tiende a dificultarle a sus individuos el interactuar con la economía internacional. Y por estas características suele tener más desventajas que aspectos positivos, por ejemplo: restringe el acceso a nuevas tecnologías, los consumidores tienen acceso a una oferta reducida o incluso insuficiente, los precios están distorsionados, como también se propicia la creación de monopolios. En la actualidad, es difícil encontrar casos de economías completamente cerradas. Pero sí se observan casos como el de nuestro país donde la economía está en gran parte cerrada. No llegamos al límite de Venezuela, pero estamos en una situación realmente complicada.
¿Por qué el cierre de las importaciones y el cepo nos llevan de una crisis a la otra?
Cuando el ministro de economía plantea como solución a un conflicto gremial la apertura de las importaciones, él mismo marca donde está la raíz del problema. El cierre de la economía ha generado muchísimas distorsiones en el mercado y en este momento han comenzado a eclosionar.
Como no hay dólares cerramos las importaciones, les pedimos a los importadores que posterguen los pagos, y empiezan a faltar productos. Como no quieren tocar el tipo de cambio - por la falta de reservas y no querer asumir el costo de la devaluación -, no hay motivación para exportar. Ante esta situación no hay motivos que impulsen a los empresarios a invertir, porque es más conveniente el negocio financiero y menos riesgoso, ante la incertidumbre del futuro del país. Los precios suben, la inflación se comienza a disparar y eso genera que los sindicatos empiecen a pedir aumentos para que sus afiliados no sientan que pierden poder de compra. Si la patronal accede a los aumentos, esto dispara los costos y nuevamente tenemos subas de precios e inflación. Si no acceden, empiezan los conflictos gremiales con paros, tomas, acampes y problemas en la producción.
La industria automotriz hoy ha tenido que parar la producción como consecuencia de una crisis en uno de sus proveedores, y la responsabilidad no es solo de las partes directamente involucradas. La responsabilidad es en gran medida del gobierno. La falta de un plan económico, una política de parches y de aguantar tienen estas consecuencias.
La apertura hoy de las importaciones no va a solucionar el problema del desabastecimiento y los sobreprecios incluso el robo de neumáticos. Massa al insinuar que abrirían las importaciones para dar cierre al problema del desabastecimiento termina alimentando a aquellos sectores que piensan que lo correcto es limitar las importaciones bajo el famoso argumento de la defensa de la industria nacional. Cuando la realidad es que el conflicto que pone en jaque miles de puestos de trabajo se originó por la errónea administración de la economía y las malas decisiones que se tomaron en el último tiempo para tratar de ganar tiempo y no solucionar el problema de fondo. Hemingway dijo que ningún hombre es una isla. No podemos seguir pensando que solos podemos con todo. Cada vez que quisimos probar ese argumento la realidad nos ha dado un golpe muy fuerte. Si hasta nuestros principales socios comerciales han comprendido la necesidad de abrirse al mundo, y están dispuestos a dejarnos solos. Va siendo hora de que alguien se ponga los pantalones largos y acomode las estanterías de la economía tan golpeada que tenemos. Mientras sigamos restringiendo las importaciones y el acceso a los dólares tendremos una crisis atrás de otra. Y serán los consumidores los más afectados.
Comments