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El caso de Ecuador, la dolarización de la economía

En enero del año 2000 el presidente ecuatoriano Jamil Mahuad anunciaba como salida a la crisis económica y cambiaria la dolarización de la economía. ¿Qué características tuvo? ¿Cuáles fueron los efectos? ¿Por qué muchos proponen esta solución para la Argentina?

Jueves 6 de octubre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo


Cuando se habla de posibles salidas a la crisis de la economía argentina, se suele citar el caso de Ecuador. En enero del año 2000, el presidente Mahuad establecía la dolarización de la economía. Existen varias similitudes entre la situación de Ecuador y la Argentina. Pero también hay que tener en cuenta los efectos en el largo plazo a la hora de tomar una decisión tan transcendental. A continuación, vamos a hacer un breve análisis no sólo de los hechos que terminaron empujando a los ecuatorianos a tomar esta decisión, sino que también haremos un paralelismo con nuestro país. Finalmente, veremos si es un posible camino para la Argentina.

¿Qué hechos económicos confluyeron en el año 2000 que decidieron la dolarización de la economía ecuatoriana?


Desde principios de 1990, la economía ecuatoriana estaba sufriendo un proceso de dolarización informal por consecuencia de varios factores: inflación, devaluación y emisión monetaria. Según datos oficiales, hacia 1999 el 53,7% de los depósitos eran en moneda extranjera mientras que la dolarización de las carteras financieras estaba ya en valores superiores al 66,5%.

En Ecuador sucedía un fenómeno que no nos es muy ajeno, la gente no confiaba en su moneda, el sucre. Esto llevó a que los ciudadanos comenzaran a atesorar en dólares, así como también se naturalizó que las operaciones de determinados bienes tuvieran sus precios expresados directamente en dicha divisa como, por ejemplo, los vehículos.


¿Qué pasaba con la inflación?


Si bien se había convertido en un problema desde los 70, ya para la década de los 80 se había vuelto una verdadera preocupación que llegó a su pico más alto hacia 1989. Es por lo que durante los 90 se intentó controlar su evolución mediante mecanismos que pretendían estabilizar los precios, logrando así mantener en promedio el valor de la inflación en el 20%. Pero para finales de 1999 la situación se agravó y el promedio anual se ubicó en el 67%. A esta altura a los ecuatorianos les preocupaba mucho la pérdida de poder adquisitivo. ¿Qué nos queda a los argentinos que tenemos una inflación que ronda los tres dígitos? En ese momento, en el Ecuador la gente se volcaba al dólar para no descapitalizarse. Esto arroja por tierra la idea de muchos políticos de que los argentinos tenemos una obsesión por el dólar. Tenemos una obsesión por cuidar lo que es nuestro, nadie quiere perder el esfuerzo de su trabajo. Y dado que el peso no nos da confianza, como les pasaba a nuestros hermanos latinoamericanos con el sucre, nos volcamos a aquella moneda que nos permita sentirnos a salvo.


La devaluación del sucre


En 1982 se produce la primera gran devaluación en Ecuador - ya que hasta entonces solo había habido pequeñas correcciones -, y se inicia un periodo de constante ajuste del tipo de cambio. También se implementaron diferentes sistemas cambiarios, pero nada de eso lograba estabilizar el valor del sucre que para finales de 1999 acumulaba una desvalorización irrisoria.

En nuestro caso, la devaluación no se está produciendo solamente porque el gobierno no quiere reconocer el verdadero valor de la moneda y sigue pisando el tipo de cambio en perjuicio de la economía.


Fuente: Elaboración propia con información obtenida del Banco Nación (www.bna.com.ar)


El cuadro anterior nos muestra la variación del tipo de cambio oficial, dólar billete, desde el 1 de enero al 30 de septiembre de este año. Esto nos permite comprender por qué nos quedamos sin reservas. A la larga, vendiendo el dólar a un precio lejano a la realidad es lógico - ante la expectativa que pronto pueda haber algún tipo de shock devaluatorio -, que los ciudadanos intenten, con todos los medios disponibles, hacerse de la moneda al menor precio posible. Sean importadores o no, todos los días perciben que los precios aumentan y que el valor de la moneda es cada vez menor, por lo cual buscan resguardarse a través de aquello que les brinda confianza y seguridad.


Emisión monetaria


En la Constitución de Ecuador quedaba expresamente prohibido que el Banco Central otorgara créditos a instituciones del Estado como, por ejemplo a través de la compra de instrumentos financieros emitidos por éstas. Asimismo, garantizaba la independencia total de dicha autoridad monetaria.

En 1994 el Banco Central de Ecuador empezó a aceptar créditos del sistema financiero y a comprar bonos emitidos por el Estado para lo cual se vio obligado a emitir fuertemente.

En nuestro caso, el sistema financiero está inundado de bonos del Estado, y el Tesoro ha llevado una política de expansión monetaria que hoy hace que la emisión del primer semestre, solamente hasta junio, fuera la más alta de los últimos 30 años. Habrá que ver después del dólar soja, cuál es el nivel que habremos alcanzado.

Claramente este combo de inflación, devaluación y emisión monetaria que impulsó a la crisis económica del sucre y su reemplazo, es lo que muchos apuntan cuando ven en la dolarización la solución a los problemas argentinos.


¿Cómo fue el proceso de dolarización?


Para poder avanzar con esta transformación de la economía fue necesario definir el tipo de cambio de canje, cómo continuaría la política cambiaria y monetaria, así como también, cuáles serían en adelante las funciones del Banco Central.

El tipo de cambio de canje fue definido como de 25.000 sucres por dólar. Dicho valor surgió de considerar la Base Monetaria Ampliada (BMA) al 10 de enero de 2000 que se encontraba en un valor superior a los 20 billones de sucres. Esta debía ser dividida por la Reserva Monetaria que podía dolarizarse (cuyo valor ascendía a los USD 858,1 millones). De esta manera, se fijaba una relación de 24.423,14 sucres. Lo que se buscaba era establecer un valor que sirviera como una tasa de canje para poder convertir los sucres que circulaban en la economía. A la hora de definir el tipo de cambio de pase, hubo ciertas obligaciones que no fueron consideradas por lo que al final del proceso en ese mismo mes las Reservas Internacionales de Libre Disponibilidad no alcanzaban para cubrir más que el 14% de los depósitos del sector público no financiero.

Al dolarizarse, el Estado pierde autonomía para poder llevar adelante cualquier tipo de medidas de política cambiaria. En cuanto a la política monetaria, si bien no se puede emitir - que es una de las herramientas más usada por nuestro país -, el gobierno puede controlar el dinero circulante a través de la comercialización de instrumentos financieros, o bien modificando el porcentaje de los encajes.

Los depósitos que las entidades financieras poseían dentro del Banco Central no fueron convertidos de manera efectiva, sino que se mantuvieron los dólares resguardados y se contabilizaron como activos de esta entidad. Lo mismo sucedió con los bonos estatales, recién a su vencimiento se efectivizo su cambio. Mientras tanto, los dólares que había en las Reservas se usaron para reemplazar los billetes de sucre que había en circulación.

Finalmente, mediante la Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado se crea dentro del Balance del Banco Central la obligación de emitir cuatro estados contables independientes que tiene como finalidad garantizar que los depósitos y bonos estatales se encuentren plenamente cubiertos a través de las Reservas Internacionales de Libre Disponibilidad

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¿Qué resultados trajo para la economía?


Con relación a la inflación, se observa que, en un principio el valor de esta se disparó y en 8 meses se encontraba cercana al 108% anual. Esto se produjo debido a que hubo un ajuste de los precios al consumidor y de los costos de producción. Inclusive muchos precios aumentaron por encima de su conversión a dólares. Por ejemplo, algo que antes de la dolarización tenía un valor equivalente a USD 20 luego de la conversión valían USD 25 o USD 30.

A partir de 2001, la inflación comienza a disminuir y se logró mantener en valores promedio del 3,5% anual. Esto se debe no sólo a la confianza en la moneda - dólar-, sino a la imposibilidad de nuevas devaluaciones lo que disminuye las expectativas inflacionarias.

Debido a la desconfianza que había previa a la dolarización, los depósitos en el sistema financiero estaban en sus niveles más bajos. Sin embargo, luego de la adopción del dólar los depósitos crecieron. Es importante aclarar que el Banco Central dejó de ser prestamista de última instancia por lo que los bancos se ven obligados a mantener una adecuada salud financiera para poder garantizar los ahorros de los consumidores.

Finalmente, con relación al comercio internacional, al no poder tener una política cambiaria propia se ve limitada la economía de realizar ajustes para poder sobreponerse a desequilibrios con relación a la balanza comercial y la balanza de pagos.


¿Fue conveniente la dolarización?


Cuando en el 2000 Ecuador planteó su decisión muchos consideraban que era mejor optar por el camino que la Argentina había elegido en la década de los 90, la convertibilidad. Sin embargo, el resultado de esta no garantizaba el éxito. Con la dolarización, la inflación fue controlada, y se recuperó la confianza en la moneda mejorando la estabilidad del sistema financiero. Sin embargo, al no poder aplicar su propia política cambiaria, Ecuador ha quedado muy expuesto a los desequilibrios externos y su comercio internacional está muy condicionado a la competitividad del dólar con relación a otras monedas. El déficit que enfrenta la economía ecuatoriana hace que se pierdan reservas. Pero esa situación, como podemos dar crédito los argentinos, también se produce cuando uno tiene su propia moneda. Asimismo, en 2014 durante el gobierno de Correa se quiso introducir una nueva moneda de tipo electrónico, para poder emitir y de esa manera financiar el creciente gasto público, pero dada la falta de éxito, se ha recurrido al endeudamiento público interno y externo.

El fracaso en la introducción de esta nueva moneda demuestra que los ecuatorianos siguen prefiriendo el dólar. Si bien la estabilidad monetaria ha permitido la movilidad social, muchos consideran que el país se ha vuelto muy dependiente de los commodities, así como ha quedado muy expuesto a los desequilibrios económicos.


¿Sería conveniente para la Argentina?


Al igual que la convertibilidad, la dolarización es una decisión muy difícil de tomar porque le quita a la economía cierta flexibilidad o capacidad para adaptarse rápidamente ante shocks externos o internos. Por momentos, se convierte en un corsé que limita las soluciones posibles ante ciertos desequilibrios económicos.

Sin embargo, cuando la sociedad pierde la confianza en su moneda y la inflación se ubica en valores muy altos puede ser una solución transitoria que ayude a corregir el rumbo de la economía. Hay quienes consideran que eliminarle poder al Banco Central, en economías como la nuestra, puede ser la solución debido a los desmanejos que muchos de los políticos hacen de la caja, y que es lo que termina generando los problemas económicos. Otros piensan que la dolarización o la convertibilidad tienen que ser medidas que se toman dentro de un plan de estabilización, en el cual se debe establecer cuando se ingresa y cuando se sale de dicho sistema.

Hoy hay quienes plantean que no es necesario establecer una paridad con el dólar sino con otra moneda estable del continente como, por ejemplo, el Real.

La realidad es que los argentinos no confiamos en nuestra moneda, que esta no está cumpliendo con su finalidad de reserva de valor. La inflación y la emisión monetaria está desbocada y la deuda pública es una bomba de tiempo. Alguna solución hay que encontrar. Si no es la dolarización o la convertibilidad deberá ser otra, pero si en 1989 pudimos aplicar la convertibilidad, en 2022 podes crear algún sistema que nos permita salir de esta situación que ya no da para más.

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