Ayer el INDEC publicó el informe mensual con los números del intercambio comercial argentino durante el mes de enero. ¿Hay sorpresas? ¿Qué nos dicen a futuro?
Jueves 23 de febrero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
Finalmente, el INDEC publicó su informe mensual sobre el intercambio comercial durante el mes de enero. Las exportaciones cayeron fuertemente, mientras que las importaciones subieron levemente, aunque se mantienen debajo de los USD 5.500 millones. ¿Por qué es clave este dato? Porque muchos analistas consideran que las importaciones no podrían superar ese valor dada la caída sustancial que se espera en los ingresos.
El intercambio comercial se ubicó en los USD 10.284 millones, lo que representa una caída del 4,8% y la balanza comercial termina con saldo negativo por unos USD 484 millones de dólares. Este dato es más que sorprendente, teniendo en cuenta lo pisadas que están las importaciones
Fuente: INDEC
Las exportaciones en números
Según el organismo que conduce Marcos Lavagna informó que las exportaciones se ubicaron en los USD 4.900 millones, lo que representa una caída del 11,7% con respecto a enero de 2022. El impacto viene dado por una caída del 13,3% en cantidades, ya que los precios subieron con respecto al mismo periodo de 2022 un 1,6%. En comparación a diciembre de 2022, esto representa una caída del 19,92% cuando éstas se ubicaron en el USD 6.119 millones. También es relevante señalar que cuando se elimina la estacionalidad, la variación intermensual es del 8,9%.
Fuente: INDEC
Cuando se hace un análisis desagregado de cómo evolucionaron los diferentes rubros podemos ver que el mayor impacto se observa en productos primarios que cayeron un 42,5% con sólo unos USD 1.082 millones exportados, principalmente por la caída en la venta de maíz y trigo. Por otro lado, los combustibles y energía, 5,2%; mientras que las manufacturas de origen industrial (MOI) aumentaron 12,5%; y las manufacturas de origen agropecuario (MOA), 1,0%.
En el caso de las exportaciones es necesario señalar que dos factores jugaron un factor clave: el fuerte impacto de la sequía que se empieza a sentir y el dólar soja durante el mes de diciembre. Muchas liquidaciones se adelantaron durante el último mes del año para aprovechar el incentivo impactando de lleno sobre las operaciones del mes de enero. Asimismo, la expectativa de una nueva versión de este tipo de cambio diferencial o de algún beneficio adicional retrasa las ventas de los remanentes que esperan en las silobolsas.
Las importaciones
Si bien cuando se compara con igual mes del año anterior las importaciones subieron un 2,5% ubicándose en los USD 5.384 millones, la variación es de unos USD 133 millones que se debe principalmente a un aumento del 3,2% en los precios y no en la cantidad, que cayó un 0,2%.
Según la misma entidad, asegura que cuando se compara contra el mes de diciembre desestacionalizadas las importaciones aumentaron un 2,7% mientras que la tendencia – ciclo, muestra una caída del 1,6%. Hay que tener en cuenta que las importaciones durante el mes de diciembre se habían ubicado en los USD 5.100 millones.
Fuente: INDEC
Los rubros donde crecieron las compras al exterior fueron: combustibles y lubricantes (96,1%) y piezas y accesorios para bienes de capital (21,4%). Por otro lado, cayeron las importaciones de: resto de importaciones (31,3%) – se incluyen las operaciones realizadas por Courier -, bienes de capital (12,3%), vehículos automotores de pasajeros (11,8%), bienes intermedios (10,5%) y bienes de consumo (8,1%)
Fuente: INDEC
¿Y el futuro?
Teniendo en cuenta la mala perspectiva que tiene el mercado con respecto a la próxima cosecha del campo debido al efecto de la sequía, lo único que queda esperar es que las importaciones sigan complicadas.
La deuda con el sector privado por comercio exterior asciende a los USD 10.000 millones. Si pensamos que el gobierno necesita mantener las importaciones por debajo de los USD 5.500 millones para compensar el menor ingreso que se espera durante todo 2023, la perspectiva se pone oscura. Teniendo en cuenta el valor de referencia podríamos decir que acumulamos dos meses de deuda en comercio exterior (aunque algunas operaciones tienen al menos 180 días de antigüedad). En algún momento se tendrá que regularizar la situación porque caso contrario el financiamiento para las operaciones desaparecerá. Todo esto nos hace pensar que, difícilmente los plazos de pago de las operaciones puedan ser inferiores a los 60 días – para generar un roll over contante de la deuda -, y los pedidos de aquellos sectores que son excepciones serán los que irán marcando el rumbo del resto.
Si miramos los números de las aprobaciones de las SIRA de enero, la situación es preocupante. A principio de febrero, algunos sectores recibieron licencias después de meses sin absolutamente nada. Sin embargo, los valores siguen muy bajos y cada vez más sectores están mostrando situaciones de estrés o faltantes. Algunos pueden continuar por uno o dos meses más, pero la pregunta que todos en comercio exterior nos hacemos es: ¿hasta dónde puede seguir la actividad económica resistiendo tanto cepo?
Ayer se conoció el número del déficit fiscal y las alarmas ya se encendieron. Hoy se conocería el número de la actividad industrial. Este valor será una buena referencia, pero no alcanza. ¿Por qué? Porque no está en la misma situación una terminal automotriz que una PyME de cualquier parte del país. Muchos acuerdos de precio están vinculados con la aprobación de las importaciones de los insumos o bienes intermedios necesarios para los sectores que pautaron. ¿Qué sucederá si las empresas no reciben las aprobaciones necesarias con los acuerdos de precios?
El Sistema de Importaciones de la República Argentina no trajo previsibilidad y certidumbre. Generó un nuevo sistema de control y administración del comercio exterior que lo estaría dejando al borde del colapso.
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