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El comercio exterior paralizado

El comercio exterior está paralizado. Los importadores se hacen dos preguntas: ¿Cuándo y Cómo? ¿Cuándo podrán pagar? ¿Cómo podrán hacerlo? La deuda del Estado con el sector privado por importación de bienes y servicios ya llega a los USD 55.000 millones, y es récord para un año de cepo. Mientras tanto el Programa Incremento Exportador no toma fuerza y las reservas están en los niveles más bajos desde 2006.

Jueves 9 de noviembre de 2023, Mg. Yanina S. Lojo


No es una noticia nueva pero cada vez la situación se vuelve más crítica. Hace más de dos semanas que los pagos están completamente paralizados. Pero hace meses que la situación ha ido empeorando poco a poco, desde agosto a esta parte cada vez que se quiere validar un pago al exterior es un error nuevo. Los proveedores comienzan a suspender pago, cancelar embarques, negarse a continuar prestando servicios. Todos esto terminará golpeando la economía local: afectará la producción, el abastecimiento y, por lo tanto, los precios y la inflación.


¿Cuándo y Cómo?


Las dos preguntas que se hacen todos los días apenas arrancan la jornada cualquiera que trabaje en comercio exterior, sea importando bienes o servicios. ¿Cuándo me dejarán pagar? ¿Y cómo? Porque todos los días hay nuevas trabas, fallas o normativas que vienen a complicar las posibilidades de acceder al Mercado para pagar.


La Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior o CCUCE se ha vuelto el “cuco” de importadores y de las entidades financieras. Muchas veces se cae, falla y no permite validar. Y cuando finalmente está validando, todo arroja “Con Inconsistencia”. Es tal el nivel de error que las entidades financieras les piden a sus clientes que antes de enviar los papeles para la gestión de la transferencia, validen el pago en la CCUCE y de esa manera, eviten presentar operaciones si arrojan error. Pero ¿se termina ahí? NO. Porque muchas veces los importadores hacen toda la gestión, se calendariza la operación – porque hay que dar aviso para pagar más de USD 10.000 -, y el día que finalmente se va a procesar el pago, el banco valida nuevamente y aparece una Inconsistencia.


Hay para todos los gustos: operaciones que tenían fecha de pago y que se la posdatan, se borran fechas, o directamente aparecen errores como el 46,47,49 o en el caso de los servicios “La solicitud se encuentra pendiente de análisis de la Secretaría de Comercio Exterior”. En este último caso, en la pagina de la AFIP la operación – la infame SIRASE -, aparece aprobada.


Hay empresas a las cuales le han re perfilado el pago al menos dos veces, aunque hay casos en que este número se eleva a cuatro. Pero lo peor es que nadie responde: las empresas realizan los reclamos, mandan mail a Secretaría de Comercio, presentan las Multinotas Electrónicas Aduaneras (MUELA) y no hay respuesta. No hay plazos. No hay un horizonte de resolución.


Muchos importadores de servicios consiguen que les aprueben las SIRASE y cuando van al banco dado que la misma no tiene fecha de aprobación, no logran proceder con el pago.


El Sistema de Importaciones de la República Argentina que creó la SIRA, la SIRASE, la CCUCE venía a traer previsibilidad y trazabilidad. ¿Qué previsibilidad hay si no saben los importadores cuándo van a poder pagar? Hoy reina la incertidumbre.


En el medio se implementan normas técnicas que hacen más complejo el proceso de oficialización de las SIRA, la Capacidad Económica Financiera sube y baja como si estuviera en una montaña rusa, se implementa una enmienda en el Sistema Armonizado todo para dar más complejidad a una situación que no la necesita.


No nos olvidemos de la imposición del impuesto país – que hoy se ha vuelto una de las principales fuentes de recaudación del Estado -, y una devaluación.


Los proveedores no aceptan más excusas


Los importadores no resisten ya más los reclamos. Con una deuda que asciende a USD 55.000 millones, los proveedores empiezan a suspender las entregas. Ayer fue noticia que proveedores de alimentos – si la Argentina importa alimentos -, amenazan con no entregar más si no se cancelan las deudas pendientes.


Muchas firmas ya recibieron la notificación de su contraparte “no hay más entregas hasta que no se pague lo adeudado” En el caso de los servicios, pasa lo mismo: los barcos no vienen si no se garantiza los pagos, y no son pocos los licenciatarios de software que han tenido que notificar a sus clientes que no aceptan más pagos locales: se deben pagar en el exterior. Aquellos que operan con China, reciben la amenaza de derivar la gestión de cobro a una agencia internacional con todo lo que ello conlleva.


Puede que algunos justifiquen esta medida a través de la protección de la industria nacional. Pero eso es una falacia. La producción argentina necesita de insumos, materias primas y bienes de capital que son importados y hoy no tienen acceso. ¿Qué va a pasar dentro de un mes cuándo empiece a pararse la actividad industria por falta de material?


El Programa que no alcanza


La decisión de extender el famosos Programa Incremento Exportador (PIE) a todas las exportaciones hasta el 17 de noviembre a un tipo de cambio diferencial, más allá de encubrir una devaluación no da los resultados esperados.


Las compras netas del BCRA cada vez son más bajas y si se compara con los saldos positivos diarios de las últimas cinco sesiones de octubre dan una diferencia más que significativa, ya que entonces había logrado hacerse unos USD 400 millones.


Más allá de que la decisión del ministro de Economía de confirmar que el 15 de noviembre vuelve el crawling peg puede desincentivar a algunos a liquidar, lo que sigue sobrevolando es el temor, o la posibilidad, por una necesidad económica de que el tipo de cambio se sincere. Nadie sabe cuándo pero el mercado tiene la certeza que en algún momento esto va a tener que suceder.


Al mismo tiempo, muchos exportadores que han querido aprovechar el beneficio del PIE se dan cuenta que la ventana temporal es muy baja y no les da tiempo para instrumentar la operación, ya se por los pasos del circuito o porque pautaron una condición de venta con el cliente que lo deja fuera. Y lo que logran liquidar bajo el “dólar fernet” se dan cuenta que las comisiones se duplican, y que los costos locales no paran de subir. Mientras ellos liquidan un dólar por $500/$515, sus insumos están valorizados tomando con referencia una cotización más cercana al valor del CCL. Entonces, muchas PYMES deben ponerse con el lápiz y afinar los cálculos para ver si realmente es competitivo o siguen quedando fuera de mercado.


Un mecanismo de cobertura, ¿o no?


El 26 de octubre el Banco Central informó que iba a brindar un mecanismo de cobertura para las PYMES productoras. Pero la Comunicación A 7874 trajo sorpresa: si bien se mantuvo la condición de ser empresa PYME se extendió a las importaciones de todos los productos que se hubieran realizado desde el 1º de enero hasta el 26 de octubre. En otras palabras, hay cobertura para atrás pero no para adelante. ¿Cómo se instrumentaría la cobertura? A través de cuentas remuneradas atadas a la evolución del tipo de cambio oficial.


Mientras que muchas entidades financieras están aún implementando la cuenta, las dudas cada vez son mayores: ¿Qué tipo de cambio se toma al momento de hacer el depósito? ¿El del momento de la oficialización o del día anterior a hacer el depósito? Muchos se inclinan por la segunda, lo cual genera una importante diferencia entre aquel que posee una operación de junio, que el que tiene una de octubre. ¿Qué pasa si se desdobla el mercado? ¿Cuándo puedo hacerme de los fondos?


Como muchos anuncios, puede que en la teoría resulten atractivos, pero en la práctica se quedan en el camino.


Sin dólares no hay paraíso


La Bolsa de Rosario acaba de anunciar que la cosecha de trigo sería la segunda peor después de la de 2022 y, por lo tanto, las liquidaciones del campo en los próximos meses estarán bastante comprometidas.


Claramente, el problema es que no hay dólares. El Banco Central ya no tiene reservas. Las reservas brutas se encuentran en el nivel más bajo desde 2006, y las netas internacionales son negativas por USD 11.000 millones. La deuda con los importadores es de USD 55.000 millones, cuando el flujo normal se encuentra en la mitad.


Los importadores, los exportadores y los productores locales necesitan saber cuándo y cómo. ¿Será a través del mercado financiero? Hoy muchas empresas no pueden ir por ese camino porque el articulado de normas cambiarias y del mercado de valores lo impiden. ¿Por qué? Porque eso implicaría que muchos insumos y bienes sean valorizados teniendo en cuenta un tipo de cambio más alto. Pero en la práctica, eso sucede. Se está llevando al sector privado a un default, para tratar de contener los precios y se ha visto que cuando estos pegan el salto, nada los contiene. La incertidumbre hace mucha más mella en las políticas de costos y precios que la definición de un tipo de cambio más alto.


Muchos se preguntan cuánto de lo que se debe al exterior es corresponde a multinacionales o grandes empresas y cuánto a PYMES, como queriendo remarcar que la deuda de estas últimas no es significativa. No importa de qué tamaño sea la empresa, los compromisos se deben honrar porque se necesitan los productos para continuar abasteciendo el mercado local.


En el caso de las PYMES, estas son las principales empleadoras del país. Más del 70% del mercado laboral se encuentra en las pequeñas y medianas empresas, el verdadero motor de la economía. Si estás se caen, se funden o bajan sus persianas, el impacto en la sociedad será muy grande. Y si la deuda de estas fuese tan pequeña: entonces por favor que se liberen los pagos, y sostengamos el empleo y la actividad.


Seguimos preguntando: ¿Cuándo y Cómo? Alguna vez nos responderán.


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