Ante la realidad que indicaba que difícilmente la Argentina podría cumplir con las metas establecidas, el Fondo Monetario estaría por anunciar un cambio en las metas para adecuarse a la situación actual. La pelota seguirá rodando, y por lo tanto, los dólares antes de las elecciones llegarán.
Martes 28 de febrero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
En Washington sigue reunido el equipo técnico del FMI con la Comitiva argentina terminando de delinear las modificaciones que se realizarán al acuerdo Extended Fund Facility (EFF) que nuestro país posee con este organismo. Hasta ahora se habían hecho cambios en las metas, pero ninguno de la profundidad como los que surgirían luego de esta misión.
¿Qué cambios se vienen?
La principal modificación estaría en el objetivo de acumulación de reservas para 2023. Hoy, dadas las condiciones pautadas, nuestro país debería mostrar Reservas Internacionales Netas de unos USD 9.800 millones.
El esquema establecía que las reservas debían ubicarse en los USD 5.500 al cierre del primer trimestre, en los USD 8.600 millones para el segundo, y USD 8.700 millones en el tercero. El organismo tomó como base para el cálculo las existencias a diciembre de 2021.
¿Cuál es la situación actual?
Según estimaciones privadas, en lo que va de 2023 las reservas habrían caído no menos de unos USD 1.300 millones - aun cuando el BCRA pudo recortar un poco la pérdida en estos días -, por las intervenciones que ha tenido que realizar en el Mercado Único y Libre de Cambio. En lo que va del mes de febrero, las ventas netas de la entidad se ubican cercanas a los USD 891 millones, luego de las compras que pudo realizar la semana pasada y en el día de ayer. A eso, hay que sumarle el programa de recompra de deuda por otros USD 1.000 millones.
Si nos posicionamos en diciembre de 2022, el objetivo para el primer trimestre no era muy difícil de alcanzar puesto que representaba sumar al menos unos USD 500 millones. El problema surgió a medida que las liquidaciones del agro se desplomaron y el BCRA comenzó a acumular ventas diarias.
La situación actual nos muestra que en el transcurso de febrero los exportadores del sector agropecuario habrían ingresado sólo unos USD 577 millones, lo cual representa una caída del 71% con respecto al mismo periodo de febrero de 2022. Esto representa una liquidación diaria de sólo USD 36 millones, mostrando una contracción del 41% con relación al promedio histórico.
Todo esto se constituye en un combo explosivo que, de mantenerse el ritmo actual de ventas, llevaría a que a finales de marzo la reservas se ubiquen en valores cercanos a los USD 3.700 millones o menos. Esto produciría que el nivel de acumulación requiera de un ritmo que el BCRA no puede seguir puesto que las estimaciones de los ingresos como consecuencia de la sequía son bastante preocupantes.
La consultora ECOLATINA realizó una estimación de la evolución de las reservas, y el resultado preocupó, puesto que muestra que la pérdida de reservas del Banco Central – consideran el saldo a diciembre, los ingresos y las ventas -, se ubicaría en los USD 5.100 millones en 2023. En cuanto, al stock actual la gravedad de la situación se muestra en el siguiente gráfico.
¿Por qué renegociar la meta anual y no la trimestral?
Porque sí se modifica el valor anual, puede cambiarse el objetivo de cumplimiento mensual evitando el famoso waiver. Y a la vez, esto tendría un impacto en el resultado de los próximos trimestres.
¿Cuál sería el nuevo valor?
Aún no se dio a conocer, aunque desde Economía esperaban el anuncio del organismo entre el lunes o martes. Y también informaron que es probable que la nueva versión de las metas tenga un mecanismo de ajuste asociado al nivel de las exportaciones de nuestro país.
Si los ingresos suben – porque las exportaciones crecen -, el objetivo de acumulación subiría, y viceversa. De esta manera, los objetivos pasarían a ser variables y no fijos, y como mencionamos antes, tendrían un impacto en las metas de todo el año.
La sequía: ¿la única razón para modificar el acuerdo?
El impacto de esta en las exportaciones y, por tanto, el ingreso de dólares a nuestro país cada vez está más complicado. Según dio a conocer el mismo INDEC la semana pasada, las exportaciones sólo alcanzaron los USD 4.900 millones, lo que representa una caída del 11% interanual. La Cámara de la Industria Aceitera y la Bolsa de Cereales, estiman que podrían caer los ingresos en USD 8.500 millones a USD 14.000 millones.
Por ejemplo, la Fundación Mediterránea estima que, en el caso de los productos agropecuarios y sus derivados industriales, la variación interanual mostraría una contracción del 18%.
Pero el FMI también estaría considerando que el Estado argentino debe enfrentar los intereses de deuda con inversores privados y organismos internacionales, durante todo el año ante un escenario de caída de los ingresos. La Oficina de Presupuesto del Congreso informó que en estos 11 meses del 2023 se deberán pagar intereses por la deuda equivalentes a USD 110.567 millones, de los cuales USD 26.674 millones son en moneda extranjera. Aunque el 67% corresponde a erogaciones que deben hacerse al Fondo Monetario, unos USD 2.550 millones se deberán abonar a aquellos que poseen bonos que fueron reestructurados en 2020. Y además se deberá proceder con la devolución de créditos internacionales por unos USD 2.800 millones.
También se habría solicitado que el Ente Internacional considere que como consecuencia de la guerra durante 2022 la Argentina tuvo que afrontar pagos adicionales por unos USD 5.000 millones en energía.
¿Es algo nuevo?
No. Este sería el tercer cambio que se le realiza al acuerdo. Ya en junio del año pasado, con la salida del ex ministro de economía Martín Guzmán, el gobierno renegocio todas las metas tanto fiscales como de reservas.
Luego, para finales del cuarto trimestre se modificó la meta asociada con las reservas: en lugar de tener que mostrar un incremento de unos USD 5.800 millones, sólo sería necesario unos USD 5.000 millones.
¿Y qué pasa con el resto de las metas?
La decisión del FMI sería sostener el resto de los aspectos del acuerdo. Esto quiere decir que aquellos aspectos vinculados con el financiamiento monetario, las transferencias del BCRA al Tesoro, así como el déficit primario, deberían cumplirse. ¿Cuáles son los objetivos actuales en estos aspectos:
Límite de financiamiento monetario de 0,6% del PBI. A valores nominales un 35% más que en 2022, pero hay que tener en cuenta que en términos reales el verdadero ajuste llegará en función de la inflación de este año.
Transferencias del BCRA al Tesoro: $139.300 millones para el primer trimestre, $ 372.800 millones en el segundo, y $671.400 millones en el tercero. De esta manera, terminaría en 2023 con un límite de $883.000 millones.
Déficit fiscal primario: reducción al 1,9% puntos PBI.
Con relación al déficit fiscal, la semana pasada ya hubo malas noticias dado que el gasto público volvió a subir y equivale a la 0,12% del PBI. El déficit fiscal primario saltó a $203.938 millones. Los ingresos reales cayeron un 3,2% en términos interanuales, y los egresos subieron un 6,2%. El otro dato que también trae preocupación es el déficit financiero que llegó a los $537.969,7 millones. Si se deseara lograr el objetivo la mayoría de las estimaciones privadas indican que en los 11 meses que le quedan a 2023 habría que hacer un ajuste mensual de 0,08% del PBI.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) debería reducir el déficit en unos $ 360.000 millones durante el mes de febrero y marzo, solo para cumplir la meta del primer trimestre. La mayor complejidad viene dada porque en el primer mes del año se consumió la mitad del margen para esta etapa.
¿Es responsable el cambio de meta?
El Fondo Monetario ha decidido que no quiere ser un actor relevante en el 2023. Le pesa aun haber estado tan presente durante el 2019, y quiere evitar una situación similar. Es por lo que, prefiere modificar las metas y evitar dos posibles situaciones: estar otorgando un waiver todos los trimestres, o generar una crisis de desembolsos.
Durante 2023, la Argentina tendrá que hacer reembolsos a la entidad que superan lo que recibirá en DEG (Derechos Especiales de Giro) a diferencia de 2022, donde con lo que recibía el país se podía afrontar los pagos al organismo.
En el escenario actual, lo más importante es evitar cualquier crisis que pueda empañar aun más el contexto actual de la economía argentina interviniendo en cuestiones internas. La decisión de sostener el tipo de cambio, sumado a la recompra de deuda, intensificaron el impacto que tuvo la caída de las liquidaciones del agro, en parte por la sequía y en parte por la decisión de esperar la posibilidad de un tipo de cambio diferenciado.
La realidad es que, si no se modifica la meta, nuestro país en las condiciones actuales no podría cumplirlas. Pero quizás lo que el equipo económico debería revisar es que más allá de las condiciones externas – que siempre existen y que pueden surgir nuevas -, hay decisiones que se tomaron que acentúan la crisis. No siempre se puede culpar a los factores externos, se debe asumir parte de la responsabilidad para poder tomar medidas correctivas.
En el partido de la economía 2023, el Fondo ha dicho siga y siga. Y si el cuerpo técnico no revisa la situación el resultado puede ser mucho peor de lo previsto. Acá no hay VAR que revise la jugada y pare la pelota a tiempo.
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