Ayer se conoció que el FMI aprobó una nueva revisión de las metas. Sin embargo, hizo una serie de comentarios y recomendaciones de cara al 2023.
Viernes 23 de diciembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
El día de ayer el Directorio del Fondo dio conformidad al cumplimiento de las metas asociadas al déficit fiscal, emisión monetaria y reservas correspondientes a la tercera revisión del acuerdo. Esto trajo tranquilidad a Economía que, aunque confiaba obtener el visto bueno, se asegura la transferencia de unos USD 6.000 millones. Se espera que se reciban antes del final del año. Tanto el miércoles como el jueves el BCRA había tenido que girar unos USD 2.700 millones para cumplir con vencimientos de capital del acuerdo vigente.
Sin embargo, desde el Fondo hicieron llegar ciertos comentarios sobre determinadas políticas que el gobierno lleva adelante que considera necesario que se eliminen lo antes posible.
El cepo y el desdoblamiento cambiario
Siempre se supo que el Fondo no es amigo de las restricciones relacionadas con el acceso a las divisas y menos de los desdoblamientos cambiarios. Sin embargo, se entendía que Massa habría obtenido una especie de waiver para llevar adelante este tipo de prácticas debido a la delicada situación de las reservas de nuestro país.
Después de los comentarios del Directorio, parece que ese permiso especial estaría llegando a su fin. De cara a 2023, se recomienda dar fin a las restricciones cambiarias y tipos de cambio especiales – como el dólar soja -, e ir camino a un mercado unificado y libre.
El déficit y la inflación
Desde el FMI remarcaron que será vital para lograr reducir la inflación alcanzar el objetivo de reducir el déficit al 1,9% del PBI, de manera tal que se puedan fortalecer las reservas y mejorar la sostenibilidad de la deuda argentina. Y para ello se hicieron una serie de recomendaciones sobre cuál debería ser el camino que se debería seguir:
Reducción y adecuación de los subsidios a las tarifas y de asistencia social;
Mantener tasas de interés reales positivas;
Evitar ofrecer tipos de cambios diferenciados a sectores productivos particulares.
¿Qué pasa con la sequía?
Ya no es un problema de los chacareros. La entidad internacional está preocupada por el impacto que podrá tener en el cumplimiento de las metas del próximo año, en particular, en vistas de la escasez de reservas y la decisión del gobierno de adelantar las liquidaciones de soja para este verano. El mismo organismo reconoce que si la situación critica se profundizará podría no sólo generaran una aceleración de la inflación sino un clima de mayor descontento político que, le haría difícil al gobierno llevar adelante el plan macroeconómico necesario para cumplir con las metas, que ya adelantó no modificará, para el próximo ejercicio.
Es por ello, que se remarca desde el Directorio que, se haga foco en el armado de planes de contingencia para tratar garantizar la estabilidad de la economía. Hay que recordar que a las dificultades propias que ya trae la economía, la sequía y el contexto electoral le pondrán una difícil tarea al gobierno por delante.
¿Qué ve el Fondo para 2023?
El FMI tiene en claro que las perspectivas para el próximo año son duras, y que en un contexto de creciente descontento social y ante el marco electoral, se puede volver muy difícil para el gobierno sostener el camino de la reducción del déficit y de la corrección de las variables económicas. En otras palabras, la posibilidad de tentarse con desviarse de las metas si la situación social se complejiza será alta.
Los desafíos que puede traer consigo la sequía y la baja liquidación de dólares del campo en el primer semestre del año pueden hacer que a Economía se le haga muy difícil sostener medidas correctivas. El ajuste necesario para cumplir la meta del déficit fiscal es mayor que el pedido durante 2022.
Era esperable que el Fondo reclamara por la eliminación del cepo. No es proclive a avalar políticas de desdoblamientos cambiario y restricciones del tipo a las que se ha implementado en nuestro país. El permiso especial se está quedando sin tiempo y es probable que en 2023 sea un punto en donde hagan mayor hincapié.
Nada menciona sobre la deuda en pesos ni de los problemas serios que hay en el marco de las importaciones. Y no sorprende. En este momento, lo que más le preocupa al Fondo es que la Argentina le pague, y mientras no vea riesgos de incobrabilidad seguirá mirando a un costado en algunos aspectos.
Pero para los argentinos estos no dejan de ser dos problemas que requieren mucha atención de cara al 2023. ¿Podrá Economía hacer frente a la bola de vencimientos sin emitir? ¿Qué va a pasar con las importaciones? ¿Hasta cuándo seguirán reteniendo los permisos para importar? ¿Cómo vamos a encarar los procesos productivos de 2023 si no tenemos certezas sobre cuándo podremos hacernos de los materiales, insumos y bienes de capital?
Nos estamos volviendo un disco repetido que lo único que hace es reclamar siempre por lo mismo, pero la realidad es que miles de empresas están en una situación que va camino a ser insostenible. El 2023 está a la vuelta de la esquina, uno quisiera pensar que lo que viene es mejor pero cuando se miran los números nada hace suponer que los dólares van a estar y que la soga al cuello va a aflojar.
Dado que no hay reservas suficientes para garantizar por el momento el acceso de todos según las necesidades propias al Mercado Único y Libre de Cambio – irónicamente no es ni libre ni único -, ¿por qué no dejar que los operadores de comercio exterior trabajemos en el mercado financiero? El argumento del impacto en los precios ya no tiene sentido, y con respecto a la brecha… en algún momento vamos a tener que blanquear la situación real y el valor del dólar. Por el momento, lo único que seguimos haciendo es alimentando arbitrariedades, lobbismos, ineficiencias que pagan los consumidores y descontento social.
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