El gobierno compró dólares a $200 mientras que continúa vendiendo a menos de $155 el billete y el valor de la divisa se encuentra por debajo de los $150. ¿Se inaugura una nueva manera de hacer comercio?
Martes 4 de octubre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
El gobierno argentino durante todo el mes de septiembre implementó el denominado dólar soja. El objetivo era incrementar las reservas de dólares del Banco Central para evitar el abismo. La meta se logró dado que se consiguió recomponer las arcas del BCRA, aunque no lo suficiente como para garantizar un flujo de comercio adecuado. Pero para poder lograrlo, la entidad monetaria ofreció comprar los dólares a los exportadores a $200 mientras tanto los importadores, los pocos afortunados, siguieron accediendo al mercado pagando un precio por la divisa inferior a los $ 150. En otras palabras, el Estado argentino compró caro y vendió barato algo impensado en el comercio, lujos que se puede dar la administración pública. Más allá del valor nominal al cual lo pagó, lo que no hay que dejar de mirar es lo que necesitó emitir para poder hacer las compras y el impacto que tendrá en la economía.
¿Cuánto fue el costo por cada dólar comprado?
El Banco Central habría comprado un 50% más de los dólares estimados, por lo que totalizaría unos USD 7.669 millones. El precio establecido fue de $200. Esto nos da un total de $1.533.800 millones. Mientras que vendió unos USD 2.697 millones en el MULC para el pago de importaciones de bienes y servicios. El precio promedio para estas operaciones fue de $ 143,62, teniendo en cuenta la oscilación del tipo de cambio durante todo el mes de septiembre para el dólar divisa que es el utilizado en las operaciones de comercio exterior. Esto nos da ventas por: $ 387.333 millones. ¿Cuánto pagó de más el BCRA por cada dólar que compró? Si utilizamos el tipo de cambio promedio divisa unos $56,38 por cada dólar. Esto nos arroja un costo total de $ 432.408 millones. A este importe habría que restarle el valor de las retenciones pagadas que totalizan unos $141.300 millones. Entonces el sobre precio sería realmente de unos $ 291.107 millones.
¿Cuánto se emitió para poder llevar adelante la operación?
Se estima que la emisión monetaria que llevó adelante el Banco Central fue de $1.53 billones. Para "esterilizarla", como se dice en la jerga, tuvo que recurrir a las Leliq y los pases. Esto significa que, a costa de recaudar reservas, el nivel de la deuda en pesos se disparó. Pensemos que, si las Leliq tienen una TNA del 75% y para los pases las TE están en el orden del 107 al 101%, el nivel de intereses a pagar en un futuro es altísimo. La lógica indicaría que, al costo antes calculado, se le incluya el impacto por el incremento en el servicio de deuda del Estado Nacional.
La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿no hubiera sido mejor bajar las retenciones o eliminarlas por un tiempo determinado y no endeudarse de manera tan brutal?
¿Qué va a pasar en los próximos meses?
Dado que las reservas llegaron a valores cercanos a los USD 5.000 millones, la pregunta que sigue rondando la cabeza de todos es: ¿a qué costo? Si bien en las cuentas, para ser justos en cuanto al costo real, establecimos que era necesario descontar el valor de las retenciones recaudadas, no nos podemos olvidar que esas retenciones eventualmente se iban a pagar. Es decir, lo que el estado consiguió fue que se adelantara el pago de las retenciones. ¿Qué va a pasar en los meses venideros? Tengamos en cuenta que nos enfrentamos a una fuerte sequía y una baja en el precio de los commodities internacionales debido a la revaluación del dólar. Como ya hemos mencionado, cuando el dólar gana terreno el precio de los commodities tiende a bajar. Entonces nos encontramos ante la difícil situación de que el superávit comercial - el que se sostiene a base de ponerle candado a las importaciones-, se contraiga y que el grueso de los dólares provenga de los desembolsos ya pautados con organismos internacionales.
Por otro lado, los pasivos colocados en entidades bancarias ya se ubican en valores cercanos a los $ 8 billones, un valor equivalente al 205% de la base monetaria. Solo en septiembre la emisión superó el 27% de la base monetaria.
¿Qué va a pasar con la actividad económica y la inflación?
Los créditos siguen cayendo a medida que las tasas de interés suben, y el consumo ante la creciente inflación también se desacelera. Esto significa que podría empezar a verse una contracción en la actividad económica. Lo que podría ser positivo para ponerle un techo a la inflación, pero no siempre funciona tan linealmente. En principio, si los sindicatos siguen consiguiendo subas de los salarios - y es entendible que quieran defender a sus trabajadores-, y de esa manera, recompongan poder de compra, entonces el consumo no se detiene, se ameseta o se incrementa. ¿Por qué? Simplemente, porque si la gente siente que, si no gasta la plata, y la guarda, quizás mañana ya no le sirva, o ya que no llega a bienes durables, se vuelca al consumo de todo aquello más efímero. Si las expectativas son que los precios sigan subiendo, o que el gobierno se va a ver obligado a emitir para poder atender necesidades del gasto público, entonces el ciclo no se llega a completar. En otras palabras, el esfuerzo fue en vano.
¿Por qué pasan estas cosas? Porque seguimos sin tener un plan de estabilización que les brinde a los argentinos un horizonte. Todos los días se anuncian anuncios que no llegan, y cuando llegan de poco sirve. Por momentos, los ciudadanos sienten que el gobierno se olvidó de que aún le queda un año más por gobernar.
Los anuncios asociados a posibles trabas a las importaciones solamente demuestran la delicada situación en la que se encuentran nuestras reservas y que, de poco sirve haber pagado lo que se pagó por los dólares porque solo nos permitieron posdatar el problema. La semana pasada en el artículo "El problema del día 181" hablamos sobre cómo se ha incrementado la deuda privada por la obligación de refinanciar los compromisos asumidos por las importaciones. Y efectivamente, el gobierno empieza a acusar recibo por unos USD 6.000 millones que deberán pagarse y que superan las reservas actuales.
¿Qué vamos a hacer si el flujo de las exportaciones se desacelerara y tenemos que pagar al exterior? Lamentablemente, es de esperar que se seguirán poniendo nuevos cepos, inventando trabas o esquemas, y generando nuevos dólares para exportadores que poco realmente hacen parar aumentar la competitividad de los sectores productivos nacionales.
Ayer por la mañana un portal de noticias daba como novedad que desde Economía evaluaban la posibilidad de licitar stock de dólares - es decir sumas preestablecidas - para los exportadores. Esto significaría por ejemplo decir: hoy hay USD 1 millones disponibles y varios exportadores podrán acceder a la compra de dólares a un precio mayor. Por ejemplo, a $200, $250 o $300.- Si esto realmente se implementara, creo que no quedaría mucho por decir más que: "todos a los botes".
La economía argentina se ha caracterizado por poner siempre a prueba las reglas de la economía incluso desafiar conceptos preestablecidos. Pero comprar caro y vender barato ya es algo muy al límite. Si la Argentina fuera un negocio diríamos que es una buena manera de quebrarlo y que quienes lo manejan, son capaces de chocar una casa.
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