Ayer el INDEC dio a conocer el número de inflación de agosto. Alcanzó el registro mensual más alto desde 1991. La situación es realmente preocupante cuando se desglosa el IPC y se detecta el alto impacto en el precio de los alimentos.
Jueves 14 de septiembre de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
Fuente: INDEC
Los privados no se equivocaron, sus mediciones eran correctas los precios se estaban ajustando a una mayor velocidad. Si el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) se hubiera publicado como se hacía hasta hace dos meses atrás, hubiéramos visto que para quienes mejor habían pronosticado la inflación se iba a ubicar en el 11,8%. Finalmente, el dato real superó las expectativas y llegó al 12,4%.
Los datos que no sorprenden, pero preocupan
La inflación en el mes de agosto se ubicó en el 12,4%. Este es el valor mensual más alto registrado desde 1991. En lo que va de 2023 acumula un 80,2% y la variación interanual se ubica en el 124,4%.
Como bien veníamos mencionan en el último tiempo, el rango de las mediciones privadas para el valor de la inflación iba entre el 10% y el 13%. Y como era de esperarse el valor quedo más cerca del límite superior. Muchos tenían esperanza de que agosto tuviera una aceleración no tan marcada, dado que la devaluación fue en la segunda mitad del mes. Pero si se esperaba un fuerte impacto en septiembre. Después de conocerse este número, preocupa el resultado de las mediciones de este mes. No sólo por los aumentos que ya se conocían sino por la remarcación que pueda generar el impacto del número.
Al mismo tiempo, y después de muchos eventos que se han conocido, hacen dudar sobre la capacidad de la administración para seguir coordinando acuerdos de precios o sostener los actuales. ¿Aquellas empresas que acordaron una pauta de aumentos del 5% con este nivel de inflación podrán sostener el compromiso? En el caso de los bienes e insumos importados el nivel de actualización de los costos y precios esta recorriendo un camino totalmente diferente.
La dispersión
Cuando se hace una apertura de los datos que se recabaron la preocupación aumenta. Alimentos y Bebidas no Alcohólicas – uno de los rubros más regulados -, tuvo un ajuste del 15,6%. La salud muestra un aumento del 15,3% seguida por Equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1%), y Restaurantes y Hoteles (12,65).
Según explican desde el INDEC la fuerte suba de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas se debe al ajuste que hubo en Carnes y derivados y Verduras, tubérculos y legumbres. Mientras que en el caso de Salud influyeron los cambios en los precios de los medicamentos.
A nivel interanual, el rubro con mayor inflación es restaurantes y hoteles (142,2%) seguido por Alimentos y Bebidas no Alcohólicas con un 133,5%. Esto demuestra que los programas de congelamiento de precios no dan ningún tipo de resultado. Es el rubro más regulado y uno de los que evoluciona más rápidamente. Salud con una variación del 127,8% también demuestra la ineficacia e ineficiencia de las políticas de control. ¿Por qué? Esa pregunta la responderemos más adelante.
Después de que se conociera un informe de la UCA donde se indica que 4 de cada 10 argentinos son pobres. Las fuertes subas de alimentos se ponen bajo el foco, puesto que impactan directamente en la calidad de vida de los argentinos. Dentro del top ten de alimentos que más aumentaron durante agosto, con respecto a julio encontramos:
Fuente: Elaboración propia con datos INDEC
Claramente, el aumento en la carne fue responsable en mayor medida del crecimiento del rubro, pero la realidad es que cuando se hace la apertura entre servicios y bienes se observa que la dinámica de estos últimos – a diferencia de lo que se observó en el IPC CABA-, tuvo un mayor impacto. Los bienes tuvieron una dinámica de ajuste de precios que quedo en el 13,8% mientras que los servicios se ubicaron por debajo del índice general en el 9,1%.
La inflación núcleo
Siempre remarcamos la necesidad de analizar la inflación núcleo, porque nos permite comprender el impacto del ajuste de precios dejando de lado las estacionalidades, las cuestiones vinculadas con los acuerdos de precios, y podemos comprender la tendencia de los precios, la inercia de cómo se comportarán en el corto plazo. Y para agosto el valor estuvo en el 13,8%. En otras palabras, la inflación se acelerará en el corto plazo y podríamos esperar que durante septiembre el valor sea aun mayor que el registrado durante el mes pasado.
Fuente: INDEC
Cuando consultamos los datos de los analistas privados con relación a este dato, observamos que el REM se esperaba un 12% promedio, y durante septiembre el valor mostraría una leve contracción, aunque para finales de año se acelera nuevamente. ¿Por qué? Porque probablemente los analistas estén previendo un nuevo movimiento en el tipo de cambio oficial.
Según las consultoras que participaron del REM el tipo de cambio nominal estaría hacia finales de 2023 en $510 y hacia febrero podría llegar a superar los $700.-
El impacto regional
La inflación no golpea a todo el país de la misma manera. Mientras que el índice general se ubicó en el 12,4%, la región del noreste y del noroeste fueron las más golpeadas.
Inflación esperada para el 2023
Después de los datos que se conocieron del INDEC, el Relevamiento del BCRA nos sirve para hacernos una idea de que podemos esperar para lo que resta de este año. Quienes participaron del mismo esperan que para finales de este año la inflación haya llegado al 169%.
Fuente: REM- BCRA (Agos-23)
Obviamente, los datos y las estimaciones que se realizan son una fotografía de un momento particular. Pero la economía es dinámica y la mayoría de las variables van a ir modificándose a medida que ciertos sucesos tanto económicos como sociales o políticos se produzcan.
En el caso de la inflación, también juega un papel muy importante las expectativas y los acuerdos de precios que se están estableciendo que son una olla de presión. Nadie sabe que sucederá cuando finalmente se liberen los rubros contenidos.
El problema de las tasas
Junto con la devaluación el BCRA tomo la decisión de subir las tasas de referencia, llevando la tasa efectiva mensual para las colocaciones a plazo al 9%. El problema es que, con el valor de inflación informado, han quedado atrasada. Por lo cual, si la autoridad cambiaria no las vuelve a ajustar podría haber una salida de inversores de las colocaciones y la pregunta es ¿a dónde se irán? Porque si dolarizan su cartera, suben la presión sobre la demanda de la divisa extranjera y, por ende, al devaluarse el peso, se acelera la inflación. Pero la suba de tasas hoy tampoco detiene el ajuste de precios como puede suceder en otras economías. Hemos quedado atrapados por una serie de malas decisiones tomadas por falta de un plan y por no haber ordenado las variables macroeconómicas hace tiempo.
Los analistas están previendo que para finales del año en promedio la TNA se ubique en torno al 136%, hoy se encuentra en el 118%, con una TEA del 209%.
Hay que tomarse el problema en serio
Mientras que desde el ministerio de Economía todos los días anuncian alguna medida que busca “aliviar” el impacto de la devaluación, el déficit fiscal sigue creciendo y su contracara es la emisión monetaria, que alimenta la inflación por lo que el poder de compra de los argentinos se diluye todos los días. Argentina es la tercera inflación más alta del mundo, y la segunda más alta de América Latina.
Hasta ahora la administración solo ha buscado “congelar precios” o llegar a “acuerdos de precios”, la misma receta que se ha venido aplicando sin resultado alguno. Nunca en la historia este ha sido el camino para solucionar el problema, menos si el gasto del Estado no se recorta.
Para evitar poner ejemplos locales, podemos citar el caso de los Estados Unidos cuando en 1971 durante la presidencia de Nixon se decidió implementar un congelamiento de precios y salarios para controlar la inflación. Sin recorte del gasto, por el contrario, con una amplia expansión del déficit el resultado fue el opuesto al deseado, se acelero el proceso inflacionario.
Poner control de precios sobre algunos productos de la canasta de alimentos, no logra solucionar el problema de los argentinos para llevar la comida a su mesa. ¿Por qué? Porque muchos bienes quedaron fuera y aumentan a un ritmo mayor. A la vez, el miedo de quedar alcanzado por algún posible congelamiento acelera los ajustes.
Por otro lado, la inflación en bienes y servicios importados va por otro canal totalmente diferente gracias al exceso de cepo y de trabas a las importaciones. Y que las dificultades se prolonguen en el tiempo solo siguen generando más ajuste.
La inflación ataca a todos los estratos sociales diluyendo su poder adquisitivo y la capacidad de ahorro. Nos vuelve a todos más pobres. Hasta tanto no se ataque el problema de fondo que no tener un plan económico donde haya claridad sobre las variables macroeconómicas y se encauce el excesivo gasto del Estado – el enorme déficit fiscal -, difícilmente se puede encauzar la situación.
El mayor problema es que cada vez hay más pobres e indigentes. Muchas personas se caen del sistema y quizás no puedan reinsertarse. Más allá del índice que de el INDEC cada uno en función del consumo que realiza tendrá su propio índice de inflación y verá como cada mes que pasa puede comprar menos.
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