Los días pasan, las aprobaciones siguen demoradas, los giros complicados, la producción peligra y de parte del gobierno nadie hace nada. Todos entendemos que faltan reservas, y que el gobierno quiere asegurar el cumplimiento de la meta con el FMI pero, ¿permitirán que la producción se pare? ¿Cuál es el límite?
Viernes 2 de diciembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Ayer la UIA manifestó su preocupación con relación al nuevo Sistema de Importaciones que se suponía venía a traer previsibilidad, pero lo único que está generando son problemas en la cadena de valor de los productos. Ya casi no queda un proceso productivo en nuestro país en riesgo por falta de insumos o materias primas. Si bien todos entendemos la complejidad de la situación de las reservas, no podemos cerrarnos al mundo porque eso implicaría que miles de empresas cierren y miles de puestos de trabajos se pierdan.
¿Qué dijo la UIA?
A través del Departamento de Comercio y Negociaciones Internacionales se dio a conocer la situación del SIRA manifestando que no sólo son muchas, sino que son graves las dificultades que se están presentando para acceder a insumos claves para que la industria argentina siga funcionando.
Las Cámaras están cumpliendo con lo requerido por la Secretaría de Comercio de solicitar audiencia para poder presentar las necesidades de su sector y manifestar las urgencias. Sin embargo, muchas veces obtiene cita para dentro de 15 días – plazo que muchas empresas no tienen-, cuando los problemas podrían solucionarse en cuestión de horas y de esa manera no permitir que se produzcan paradas en la producción.
El otro problema que se planteó es la cuestión vinculada con la ausencia del pago anticipado. Los proveedores internacionales habituados a trabajar con Argentina no aceptan, ante la inestabilidad de país, financiar a las empresas argentinas en los plazos que el Ministerio de Economía pretende.
Ese problema podría solucionarse si las empresas importadoras podrían acceder en el mercado local a financiamiento en dólares. Pero conseguir entidades financieras dispuestas a prestar en dólares a importadores, y a un costo lógico, es prácticamente imposible.
¿Un apagón tecnológico?
El problema ya no se limita a los bienes, sino que está llegando a los servicios. En el último mes el pago al exterior por servicios informáticos está más que complicado. Y ya son muchas las empresas que empiezan a recibir mails de sus proveedores de licencias por software informándoles que si la situación persiste es muy probable que no puedan seguir prestándoles el servicio porque no pueden pagar.
Aquellos que directamente pagan al exterior los servicios, están igual de complicados, porque no reciben la aprobación de la SIRASE y eso empieza a generarles deuda con sus proveedores internacionales. En algunos casos, han podido obtener algún tipo de excepción, pero otros directamente ya han recibido confirmación de que si la situación no se regulariza el servicio será cortado.
Para las empresas PYMES la situación es mucho más difícil, porque mientras muchas empresas multinacionales pueden en última instancia pagar desde cuentas en el exterior o a través de sus subsidiarias, las pequeñas empresas no cuentan con esta posibilidad.
¿Qué dice el gobierno?
Por un lado, promete la puesta en marcha de mesas de trabajo por grupo sectorial para analizar las urgencias. Por otro lado, el jefe de gabinete informó que la economía está en pleno movimiento haciendo uso del 70% de la capacidad instalada. A la vez mencionó que mejoraron los datos de empleo y de exportaciones.
Ayer el ministro de economía les informó a las empresas alimenticias que en 15 días se iban a destrabar las SIRA para garantizar la producción. El sector industrial ya le advirtió que si no tienen acceso a los dólares – como se les había prometido -, difícilmente puedan cumplir con la pauta del 4% de aumento mensual. Según Hacienda, la presión que generaría que la canasta de productos se mantenga y esté presente en todos lados, podría generar un efecto contagio que corte con la inercia inflacionaria. Se insiste con que la rentabilidad les va a llegar a las empresas a través de un incremento en el volumen de las ventas.
El gobierno se aferra a mostrar números positivos que no resisten mucho el escrutinio. Por ejemplo, el superávit comercial bilateral con Brasil. Sólo se puede justificar por el cepo que ha impuesto la implementación del SIRA. Y cuando se lo compara con igual mes del año pasado, hay una caída de USD 307 millones.
¿El dólar soja no despega?
Si bien los datos de la Bolsa de Rosario reflejan un crecimiento en las operaciones, con respecto a la versión de septiembre por el momento se ubican un 57% por debajo y en las operaciones de contrato y fijación un 58% y 53% por debajo de las toneladas negociadas. Hasta el jueves se habían liquidado unos USD 104,7 millones recurriendo a este tipo de cambio especial $230.- Esto representó un ingreso de USD 683 millones permitiéndoles al Banco Central hacerse de unos USD 343,80 millones para reforzar las reservas.
Si bien se incrementó el nivel de negociación de las toneladas operadas antes de la implementación de esta nueva versión del dólar soja con las de esta semana, cuando se lo compara con la primera semana de su anterior versión el volumen es considerablemente inferior. Se observa en este momento un movimiento de 800.000 tonelada versus unas 2,1 millones de toneladas en septiembre. Hay una explicación lógica: en ese momento la cantidad de soja disponible era mucho mayor que ahora. Y la situación económica era otra.
¿Hasta dónde llegarán?
Es la pregunta que muchas empresas, comercios y todas las PYMES se están haciendo. ¿Hasta dónde dejarán que la situación llegué? ¿Hasta dónde apretarán la manguera? Si uno pisa una manguera por la que fluye agua al principio el flujo de agua merma, si hace más presión se corta y si esto sucede, después de un tiempo como el agua tiene que seguir saliendo si no se cierra la canilla por algún lado explota. Eso es lo que va a pasar con la producción y la economía si se sigue estrangulando la manguera.
Hace menos de un mes Economía anunciaba el beneficio de poder pagar hasta USD 50.000 anticipados por año calendario, no acumulable. La posibilidad de usar ese beneficio tardó más de una semana en salir y cuando lo hizo, se les exigía a las empresas tener una SIRA aprobada donde se hubieran acogido a ese beneficio. Gracias a la presión del Centro de Despachantes se logró revertir esa situación, pero el problema aún persiste porque muchos bancos no quieren tramitar los pagos si la SIRA no indica pago anticipado. ¿Cómo podíamos pedir pago anticipado en una SIRA emitida el 20 de octubre si no estaba la excepción? Y con lo que tarda en aprobarse una SIRA, no estamos como para andar anulando y volviendo a pedir.
La situación de los bienes de capital es más compleja, puesto que no los dejan acogerse al beneficio porque se los puede pagar hasta un 80% vista o sin registro aduanero. Pero la realidad es que, para la compra de este tipo de bienes, el pago anticipado es casi una condición sine qua non.
Muchas empresas se arriesgaron a traer mercadería porque pensaban que durante el trayecto desde origen podrían conseguir la aprobación, en especial, aquellas firmas que tienen productos con Licencias Automáticas de Importación. Sin embargo, ni siquiera éstas están siendo aprobadas en tiempo y forma, y acumulan demoras de más de 20 días. Las terminales y los depósitos empiezan a acopiar mercadería que no puede ingresar al país: ¿por qué no aprobar el ingreso y posdatar los pagos? De esa manera, aunque sea las empresas podrían seguir trabajando y el Estado recaudaría.
En este punto, creo que todos los importadores diríamos ¿Por qué no me decís que no me vas a dar los dólares, y que si quiero pagar los tengo que conseguir en el mercado financiero? La mayoría de las empresas si les dieran la posibilidad ante las complicaciones que existen hoy preferirían pagar un dólar más caro, pero poder seguir trabajando. Muchos me responderán: y … no quieren porque eso produciría inflación. ¿Acaso queda alguna organización que a la hora de fijar precios mire el dólar oficial? ¿Acaso la escasez de productos no genera presión sobre los precios? Entonces ¿Qué estamos haciendo? Aunque el gobierno no quiera reconocerlo está generando recesión y los precios no se van a acomodar por un incremento de la demanda, los precios se van a acomodar porque la economía se va a enfriar. Lamentablemente, son las PYMES las que van a pagar el precio como siempre. Lamentablemente, son los empleados del sector privado los que van a temer por su estabilidad laboral.
El SIRA se suponía venía a dar previsibilidad a la economía. ¿De qué previsibilidad podemos hablar si nadie sabe cuándo va a poder traer sus insumos o mercadería y a cuánto lo va a pagar o si se lo van a dejar pagar finalmente cuando llegue el plazo? Hoy la deuda del Estado con el sector privado por importaciones oscila entre los USD 7.000 y los USD 9.000 millones, y muchos vencimientos se dan en el primer trimestre del 2023. En ese momento es cuando se espera el menor ingreso de divisas. ¿Podrán girar las empresas o saldrá algo nuevo? Me vuelvo a preguntar: ¿Hasta dónde llegarán? Pero más importante ¿Hasta cuándo podremos mantenernos a flote?
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