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Inflación: ¿acuerdos de precios y salarios?

Mientras que desde Economía se estuvo trabajando fuertemente para lograr que más sectores ingresen al acuerdo de precios, se conoció que convocará a los sindicatos para lograr un acuerdo de salarios.

Martes 3 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo


En el artículo Las importaciones y la inflación hablamos sobre el papel vital que están jugando los controles sobre la importación para atraer a las empresas de diferentes sectores a la firma de acuerdos de precios para poder ingresar al mercado. Ayer se conoció a través del boletín oficial un modelo de acuerdo, que se suscribirá con al menos 15 empresas de diferentes sectores. Pero también se supo que el gobierno prepara un acuerdo de salarios para que los sindicatos morigeren los aumentos para sus afiliados.

Acuerdo de precios


En el día de ayer se publicó en el Boletín Oficial un acuerdo macro que se celebrará con al menos 15 empresas proveedoras de insumos difundidos. ¿Cuáles son? Empresas del sector petroquímico, aluminio, el cloro, el papel, el cartón y el vidrio, entre otros.


A través de la Resolución 1077/22 se estableció el modelo de contrato que deberían suscribir las empresas que firmen el ingreso al Programa de Precios Justos. Si bien se trata de un modelo genérico, y sin detalles, se apunta a que los artículos que ingresen no puedan superar un aumento del 3,9% de aumento sobre la base del precio del 7 de diciembre. En adelante, se supone que las empresas tendrían que seguir un camino descendente entre el 3,2 y el 3,8%.


Quienes suscriban al acuerdo, podrán tener acceso al mercado de cambios para pagar sus importaciones en plazos de 60 a 90 días. Es decir, no se da acceso inmediato, sino que se bajaría de los 120 o 180 días a un plazo menor dejando a las empresas expuestas a la devaluación del peso que por ahora se ha mantenido muy por encima del 4% mensual. Eso nos llevaría a pensar, que quizás en los próximos meses – y no sólo por la cercanía con las elecciones -, el volumen de operaciones del dólar futuro empiece a subir.


Acuerdo de salarios


Por otro lado, trascendió que el próximo paso sería convocar a las empresas y a las centrales obreras para que, en marzo, cuando empiecen las negociaciones salariales poder contener los pedidos de incremento. Es por ello, que ejercerá la mayor presión posible sobre los precios durante el primer trimestre. Dado que buscará mostrar una desaceleración en la inflación de manera consecutiva para que, al momento de negociar, los sindicatos estén dispuestos a solicitar aumentos que acompañe la inflación o que apenas la superen.


Aquellos gremios que hubieran tenido aumentos por debajo de la inflación de 2022 podrán durante el primer trimestre ajustar, para llegar a abril en igualdad de condiciones que el resto de los asalariados.

El exministro Guzmán ya lo había intentado a principios del año pasado, convenciendo a los sindicatos de alinear expectativas con una meta de incremento salarial anual del 29%. Pero en cuanto el dólar y la inflación se aceleraron, la paritarias se reabrieron y terminaron el año haciendo bimestrales o mensuales, en algunos casos.


¿Este tipo de políticas sirve?


Los congelamientos de precios y salarios en nuestro país son una práctica habitual. Suelen darse en contextos de alta inflación, en combinación con mercados cambiarios controlados con alta brecha y una situación de desequilibrio de las variables macroeconómicas importante. Se ha hecho muchas veces, y en general, ha terminado mal. ¿Por qué? Porque no se pueden congelar todos los precios de la economía. Que sería la única manera de poder “parar” el problema, porque no sería una solución de fondo.


Veamos algunos ejemplos más recientes (porque abundan en la historia económica argentina) Gelbard lo intentó a través de un pacto social, que dio un aumento inicial de salarios para luego incorporarlos de un plan de congelamiento que incluía el tipo de cambio, los precios de lo servicios públicos y controlaba la mayoría de los precios de los bienes y servicios. A eso le sumo fuertes impuestos a las exportaciones agrícolas y restricciones cuantitativas a las importaciones, y un fuerte control de cambios. Si piensa que está viviendo un dejá vú, lamentó decirle que no es así, dado que en este caso las tarifas de los servicios y los impuestos continúan aumentando. ¿Sirvió? Después de que fue reemplazado, llego Celestino Rodrigo. La conclusión, se la dejo a Usted.


El equipo económico del gobierno de Alfonsín decidió en febrero de 1987 un congelamiento de precios, dado que en 1986 ante una inflación mensual que en agosto de había sido del 8,8%, y que en diciembre había bajado al 5%, y en enero de 1987 había vuelto a subir al 7,6%. Como no alcanzaba, se decidió hacia octubre de ese año anunciar un desdoblamiento del mercado cambiario, y posteriormente se implementó el Plan Primavera. ¿El resultado? La hiperinflación y el fracaso del Plan Austral.


Las políticas de congelamiento de precio tienden a fomentar la demanda, pero desincentivar a la producción. Esto produce desinversión en los sectores que quedan atrapados en los acuerdos de precios, lo cual termina perjudicando a los consumidores. La realidad es que la demanda no produce riqueza. Es la inversión, y el trabajo de los factores productivos los que realmente generan riqueza, la demanda es un efecto de estos. Lamentablemente, la política de congelamientos de precios patea los problemas para adelante sin solucionar el problema de fondo. A la larga, nos vamos a tener que sentar y ponernos a pensar cómo realmente vamos a solucionar el problema que aqueja a nuestra economía desde hace casi 200 años, con algunos periodos excepcionales.

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