Mientras que el BCRA muestra todos los días como las reservas brutas se incrementan, la cuestión de la deuda de los importadores acumulada sigue siendo un problema y la presión en la cotización de los dólares financieros se incrementa.
Viernes 5 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
El Banco Central ha estado informando en las últimas semanas que las reservas brutas han mejorado su situación, y la realidad es que no llama la atención que esto suceda por varios motivos. Sin embargo, la situación de la deuda por importaciones realizadas en 2023 aún no se ha solucionado y la cotización en los mercados financieros comienza a mostrar signos de presión. Todo está relacionado.
Las reservas brutas suben
Cuando la nueva administración asumió las reservas brutas se encontraban entorno a los USD 21 mil millones y las netas internacionales entre los USD 12.000 mil y USD 15.000 millones negativos. Ayer el BCRA cerró con reservas brutas en USD 23.881 millones y se estima que las netas internacionales estarían en los USD 9.000 millones negativos.
Esto pareciera mostrar una mejora en la situación, pero los números tienen que analizarse en detalle. Desde la devaluación realizada en el mes de diciembre, el BCRA compró US$ 3.304 millones.
Pero ¿a qué se debe esta mejora sustancial? Por un lado, el gobierno estableció el 13 de diciembre una prórroga por tiempo indeterminado del Programa Incremento Exportador (PIE). A diferencia de otras versiones, esta versión no tiene una fecha límite para acceder a los beneficios de este. ¿Cuáles son? La posibilidad de liquidar los cobros por exportaciones de bienes y servicios un 80% a través del MULC y el 20% en el mercado financiero.
Cuando se anunció la suba de las retenciones a las exportaciones, muchos operadores adelantaron sus operaciones para tratar de evitar el impacto de este incremento. Pero a medida que el tiempo empezó a transcurrir y se supo que dicho ajuste dependerá de la aprobación en el Congreso de la Ley Ómnibus el ritmo de liquidación empezó a mostrar signos de desaceleración. A esto se le suma que el primer trimestre del año en general suele ser estacionalmente de baja liquidación. Veremos cómo sigue respondiendo el mercado, pero el test comenzará desde el 13 de enero. ¿Por qué? Porque empezará la demanda de los importadores.
Según la nueva normativa cambiaria – la Comunicación A 7917 -, salvo tres excepciones el ingreso al mercado se produce a 30 días de la fecha de registro de ingreso aduanero. Por ende, todas las operaciones que se estuvieron documentando en los últimos días comenzarán a pagarse en la segunda mitad del mes. Ahí veremos cómo empiezan a responder las reservas, y cómo responde el BCRA ante el incremento en la demanda.
La deuda con los importadores, el problema que subyace
Desde la semana pasada los importadores luchan con el sistema para la carga de la Declaración Jurada de Deuda de Importación. Este empadronamiento que es necesario para que se habilite la suscripción de los BOPREAL – Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre.
La realidad es que muchas empresas PYMES que están realizando la carga dudan de la suscripción del BOPREAL o por lo menos de la SERIE 1. Y los números en estas dos primeras semanas demuestran que ya sea por falta de convencimiento o por problemas en la instrumentación, la performance está siendo muy mala. La semana pasada se licitaron USD 750 millones, y sólo se adjudicó un 9%. Mientras que, entre el miércoles y jueves de esta semana, se volvió a licitar un valor igual y el resultado fue menor 7,6%.
Es por ello, que no sorprende que el Banco Central haya anunciado ayer que la licitación de la Serie 2 y Serie 3 comenzarían a ofrecerse en febrero. La serie 2 al tener pago de amortizaciones mensuales desde julio de este año, podría ser más atractiva para muchas empresas aun cuando no se pueda negociar en el mercado secundario. ¿Por qué? Porque la realidad es que la mayoría de las PYMES no poseen cuenta en el exterior, y tampoco están en condiciones de negociar una quita con el proveedor por la diferencia entre lo adeudado y lo que puedan obtener en el mercado secundario.
Aún no se sabe a cuánto se negociará el bono en el mercado secundario, lo que si esta claro es que la paridad dejaría el tipo de cambio implícito muy alto para los importadores. Quienes terminarían pagando por cada dólar entre $1.500 incluso $1.800.
En el medio de toda esta situación, muchas empresas empezaron a mirar el mercado financiero. Dado que hace muchos meses que no pueden ingresar al MULC evalúan migrar sus operaciones al Contado Con Liquidación, no sólo para cancelar la deuda vieja sino para las operaciones nuevas. El principal motivo es la imposibilidad de realizar pagos anticipados. Ante la compleja situación de la Argentina y lo endeudado que se encuentran los importadores conseguir financiamiento internacional es prácticamente imposible o por lo menos una tarea titánica. Por ello, no es de extrañar que comiencen a subir las cotizaciones de los dólares financieros.
La brecha empieza a acechar
Aunque lejos de los valores que supimos ver durante 2023, donde la brecha había que llegado a superar el 200%. Sin embargo, esta semana subió hasta superar el 30%. Y empieza a generar presión en la decisión de mantener una política de crawling peg del 2% mensual con una inflación que podría estar cercana al 30%.
Obviamente, hay una cuestión estacional – debido a las vacaciones -, donde se demanda una mayor cantidad de dólares, más cuando la cotización del tipo de cambio para las operaciones con tarjeta se encuentra por encima de la cotización del dólar MEP. Es más conveniente para los particulares hoy pagar sus consumos usando dólar adquirido en la bolsa que con la tarjeta de crédito.
Por otro lado, como mencionamos las liquidaciones del sector exportador han ido mermando y esto impacta en el nivel de oferta.
Pero además tenemos las demandas que realizan los importadores que, cansados de no poder pagarle a sus proveedores, están migrando al mercado financiero para cancelar deuda pasada y concretar operaciones futuras.
El problema es que, si la presión en el mercado financiero comienza a subir, podría requerir que se acelere el proceso de devaluación o se realice un nuevo ajuste. Y esto generaría un nuevo fogonazo inflacionario. Algo que nadie quiere. Es necesario, para que la economía se acomode, que para marzo los precios empiecen a mostrar signos de desaceleración en cuanto a su política de ajuste, sino se requerirá tomar otras medidas que podrían profundizar aún más la crisis.
El horizonte aún esta lleno de nubarrones. Algunas cosas se han facilitado o mejorado, pero mientras sigamos teniendo problemas en las reservas y no haya generación de ingresos genuinos en dólares, el panorama continuará complicado. Esto solo se logrará si la competitividad de las empresas argentina mejora, algo que aún está lejos de lograrse. Esperemos que poco a poco las cosas comiencen a acomodarse.
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