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La necesidad de lograr una mayor apertura

Mientras el reloj corre y las reservas ceden nuestro país anuncia reuniones y entendimientos con diferentes países. Sin embargo, el ingreso de dólares sigue complicado. Hoy más que nunca necesitamos abrir el comercio al mundo.

 

Jueves 13 de julio de 2023, Mg. Yanina S. Lojo

 

Argentina negocia contra el reloj con el Fondo Monetario Internacional la llegada de dólares frescos. La sequía generó una caída de ingresos de más de USD 20.000 millones pero la situación podría ser menos grave si las condiciones competitivas de las empresas argentinas fueran mejores.

 

Egipto y la deuda con el FMI

 

La semana pasada trascendió la noticia de que el ministro de economía mantuvo un encuentro con su par de Finanzas egipcio para tratar de coordinar una estrategia en lo que respecta a las relaciones con el Fondo Monetario Internacional. Ambos países son los mayores deudores del organismo internacional, y según informaron de manera oficial, se “buscó coordinar políticas en espacios multilaterales para promover el desarrollo inclusivo de países de ingresos medios, teniendo en cuenta los desafíos que presenta la nueva arquitectura financiera global".

 

La situación de Egipto es parecida a la de Argentina ya que  adeuda desde 2016 un paquete global de unos USD 20.000 millones aproximadamente y como parte de los acuerdos de pago con el organismo internacional se ha dispuesto medidas como la liberalización del tipo de cambio y la privatización de empresas estatales, mecanismo que han resultado útiles para reducir el déficit fiscal.

 

La propuesta de ambos países es llevarle al Fondo un plan de trabajo que sea más compresivo con la situación de particular que estos atraviesan. El mismo estará orientado sobre tres ejes, que según fuentes oficiales serían: 

 

1-La necesidad de que el Fondo comprenda un escenario de flexibilización en las exigencias planteadas ante casos como los que presentan estos países en relación a la deuda.

2-Promover un fuerte intercambio comercial sin uso de dólares. Es decir, establecer compensaciones. Así, la Argentina puede proveer a Egipto de la agroindustria y del lado egipcio ofrecer petroquímicos y fertilizantes.

3- Se fijó un memorándum económico-financiero para trabajar juntos con los BRICS y sustentar desde allí proyectos con financiamiento del Banco que lideran China, Brasil, India, Sudáfrica y Rusia. Esta línea, ambos Estados han solicitado su acceso al bloque de los BRICS, así como a su nuevo Banco de Desarrollo (NDB), del cual Egipto se ha convertido en su miembro más reciente y se espera que Argentina siga el mismo camino en los próximos meses. 

 

Uruguay y el uso del Sistema de Pagos en Moneda Local

 

Esa misma semana se conoció la noticia que las autoridades monetarias de Argentina y Uruguay habían firmado una carta de intención para fomentar el uso de las monedas locales en el comercio bilateral. Algo que ya se hizo con Brasil.

 

Aunque el Sistema de Pagos en Moneda Local lleva mucho tiempo vigente es poco utilizado. Pero lo más importante a conversar con Uruguay es la agenda de internacionalización, es decir, la posibilidad de celebrar acuerdos de apertura comercial con otras economías.

 

Nuestros vecinos llevan ya un tiempo pidiéndole a sus socios del MERCOSUR que se avance en las negociaciones no solo con la Unión Europea sino también con otras naciones. Pero no es el único. Aunque Brasil puede tener una postura más dura en cuanto al tratado de libre comercio con UE, desea que se amplíen los beneficios para los productos de su país. La economía brasileña es una fuerza que puja por seguir creciendo y a mejor apertura, mayores serán las posibilidades de expandirse en el mundo.

 

Un acuerdo que no termina de avanzar

 

Brasil ya advirtió que no firmará el acuerdo con los países europeos si no se realizan ajustes, sin embargo la intención del presidente Lula Da Silva es llegar a un entendimiento que le permita ingresar con los productos locales al viejo continente.

 

Uno de los puntos conflictivos para Brasil tiene que ver con la posibilidad de que las empresas europeas vendan bienes y servicios al sector público brasileño.

 

Recordemos que las negociaciones llegaron a su fin en 2019 con un borrador de acuerdo que ningún país ha decidido promover.

 

La apertura necesaria

 

La necesidad de llevar los productos argentinos, no solo los de origen agropecuario, al mundo es vital para que en un futuro podamos hacer frente a los vaivenes no sólo climáticos sino económico. Podríamos citar miles de artículos técnicos que obviamente avalaran esta postura y habrá otros que podrían citar otros miles en contra pero hay realidades que saltan a la vista.

 

Más allá de las propuestas que se acerquen al FMI para tratar de mejorar la situación actual es vital para nuestro país lograr nuevos mercados. Argentina ha tomado una posición que la aleja del mundo y la deja muy expuesta a situaciones como la actual. Un año malo para el campo y la crisis se traslada a todos los sectores de la economía. Más cuando los productos de manufactura industrial han perdido tanta competitividad: altos costos de producción, tipo de cambio que ni cerca está de ser competitivo, problemas logísticos, dificultad para hacerse de los insumos, las materias primas y los equipamientos necesarios, turbulencia económica y financiera, falta de financiamiento, y podríamos seguir nombrando.

 

En el inconsistente argentino se ha instalado la idea, por malas experiencias anteriores, que apertura es igual a desempleo, a cierre de fábricas y invasión de productos extranjeros. Esa puede haber sido la realidad vivida tiempo atrás pero podemos aprender de nuestros errores, elegir qué camino seguir y comenzar a trabajar. No puede ser que muchos productores de provincias limítrofes con Chile prefieran sacar al mundo sus productos porque es una mejor opción no sólo por frecuencia de los buques sino también por los altísimos costos logísticos que hay dentro de nuestro país. Dependiendo el producto en muchos casos, trasladar desde el interior al puerto de Buenos Aires cuesta lo mismo o más que el traslado internacional.

 

Si realmente queremos lograr que nuestros productos se vuelvan competitivos es hora de retomar propuestas de cooperación internacional como el corredor biocéanico. En 2015, Argentina, Paraguay, Chile y Brasil firmaron la “Declaración de Asunción sobre Corredores Biocéanicos”  comprometiéndose a concretar el corredor vial que va desde el puerto de Santos, en Brasil, hasta los puertos de Antofagasta, Mejillones, Tocopilla, Iquique y Arica, en Chile, cruzando siete pasos fronterizos en cuatro países y permitiendo importantes ahorros tanto en tiempo como en kilómetros (aprox. 8.000 km) en los viajes de buques con carga de exportación, desde las regiones mediterráneas del cono sur latinoamericano hasta los mercados de Asia y de la costa oeste de los Estados Unidos.

 

Por ejemplo, ante la escasez de alimentos por las restricciones al comercio derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania, el Corredor Bioceánico cobra aún más relevancia que la que ya tenía hace ocho años, cuando se firmó el compromiso.

 

Ese tipo de medidas, sumada con la celebración de acuerdos para tratamientos preferenciales o incluso de libre de comercio son los que necesitamos conjugar con políticas económicas internas que beneficien el desarrollo de productos exportables dentro de cualquier rama industrial.

 

Hoy la Argentina esta en proceso de negociaciones complejas con el FMI, le faltan USD 20.000 millones por la sequía, y necesita de llegada de dólares frescos. Las trabas en la concreción del acuerdo vienen dadas por el nivel de ajuste fiscal (el Fondo solicitaría que el déficit represente el 1,5% del PBI no el 1,9%) y el ajuste del tipo de cambio (además viene pidiendo la eliminación de los tipos de cambio múltiple.

 

Si nuestro país hubiera trabajado fuertemente en el último tiempo para tratar de fomentar la industria con capacidad exportable, brindándole herramientas para que pudiera no sólo adquirir tecnología sino también dado garantías para que los empresarios confíen e invierta, quizás la situación fuera otra. Quizás hoy la cantidad de dólares que no ingresarían por el campo, llegarían a través de otros sectores, y aunque habría que ajustarse los cinturones, no sería tan grave. Citando otro ejemplo, muchos empresarios están interesados en avanzar en la cadena productiva del sector agropecuario y no vender solamente commodities que están más afectados por cualquier cambio a nivel global sino productos agroindutriales, como hacerlo si hay miles de trabas y dificultades.

 

Argentina una vez fue llamada el granero del mundo. Hoy luchamos por mantenernos a flote. El clima pudo haber sido inclemente en este último tiempo, pero las políticas económicas no han tenido piedad. Estoy segura que con las herramientas adecuadas, y la menor intervención posible, el potencial de los productos argentinos es enorme. Sino basta ver como aquellos que contra viento y marea han logrado salir, el éxito que han tenido. Necesitamos apertura comercial, de manera ordenada, prolija, pensando en objetivos a largo plazo, y de esa manera, lograremos que nuestro país crezca de manera sostenida. Sino miremos a nuestros vecinos.

 

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