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La pax cambiaria ¿durará?

Hoy el mercado se mantendrá tranquilo debido al feriado bancario, pero ¿se sostendrá? ¿Qué podemos esperar de acá al 19 de noviembre? ¿Y después qué sucederá? ¿Cómo impactará el anuncio realizado por el ministro de Economía de que el 15 de noviembre se devaluará $3 la moneda?

Lunes 6 de noviembre de 2023, Mg. Yanina S. Lojo


Ayer por la noche durante una entrevista televisiva el ministro de Economía, en un intento de querer transmitir seguridad al mercado, informó que el 15 de noviembre – dos días antes de las elecciones -, el Banco Central retomará su política de crawling peg. Asimismo, indicó que el tipo de cambio se devaluaría ese día $3.- Las dudas sobre cómo seguirá el mercado cambiario, qué pasará el 20 de noviembre, así como de cara a diciembre siguen latentes.


Las declaraciones que pueden dar calma o no


El fantasma de los sucesos post PASO se mantiene presentes. Y eso fue lo que impulso o aceleró la devaluación una semana antes de las elecciones generales en octubre. Muchos creen que el resultado fue el único motivo que evito que se produjera un nuevo salto brusco. Sin embargo, desde el gobierno sostienen que fue un error del mercado. Que lo acordado con el Fondo era mantener el tipo de cambio congelado hasta el 15 de noviembre, luego del ajuste “discreto” realizado en agosto. No podemos tampoco culpar al mercado por no haber confiado. Hasta ahora la mayor parte del acuerdo se ha incumplido, ¿por qué no habrían de incumplirse este punto también?


La realidad es que la devaluación realizada en agosto se licuo completamente, y según los cálculos realizados hoy, si quisiera ajustarse el tipo de cambio en los mismos términos que en agosto, debería pasar de valer $350 a casi unos $430.-


Por ahora, según el ministro de Economía realizar un nuevo ajuste no está en cartera. Anoche informó que el 15 de noviembre se retomaría desde el Banco Central con la política de crawling peg, que llevaría en su primera jornada el tipo de cambio mayorista de $350 a $353. ¿A qué tasa mensual lo hará? No lo dijo. ¿Será parecida a la que manejaba antes del congelamiento entorno a 6-7% mensual o más cercana a la inflación del 12%? Desde el Gobierno aseguran que será de apenas 3% mensual, aunque cuesta mucho creerlo.


Tampoco dijo qué pasará después de la próxima revisión, porque el FMI debe iniciar una nueva revisión y podría pedir un nuevo ajuste del tipo de cambio que tenga más relación con el resto de las variables macroeconómicas que hay actualmente en la Argentina. En particular, la inflación. Recordemos que después del balotaje más de 50 mil productos saldrían del esquema de congelamiento de precios. ¿Qué pasará con toda esa inflación reprimida?


¿El mercado mantendrá la calma?


En esta última semana hemos observado una tensa calma en los mercados cambiarios, que hoy se profundizará por el feriado bancario. Pero la pregunta es: ¿se sostendrá? La realidad es que previo a las elecciones generales hubo una masiva dolarización de carteras, ante la posibilidad de un ajuste en el tipo de cambio como sucedió post PASO y obviamente, por las proyecciones que daban a la Libertad Avanza como favorito. Esto último no responde al miedo sino porque es un proyecto que aboga por la dolarización, en cuyo caso un inversor razonable trataría de dolarizarse lo antes posible.

Estas semanas muchos tenedores tuvieron que desarmar posiciones para poder afrontar gastos corrientes. Lo cual incentivo la oferta en el mercado libre y en los financieros. A esto se suman los operativos, las intervenciones y las herramientas que articulo el ministerio de Economía para tratar de contener la brecha que previo al 20 de octubre se había disparado a niveles récords.


El extender hasta el 17 de noviembre el programa incremento exportador a todas las operaciones, haciendo que un 30% se deba liquidar en el mercado financiero busca aumentar el volumen de operaciones diarias y de esa manera, ayudar a un BCRA que poco combustible tiene disponible.


El cepo ¿se va o se queda?


En las últimas semanas los importadores han visto que realizar un pago al exterior se ha vuelto una tarea titánica. La Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior se ha vuelto la principal herramienta del BCRA para mantener la brecha controlada, y además contener la caída de las reservas.


La semana pasada la autoridad monetaria cumplió con los pagos al FMI por los vencimientos de octubre, y si bien se había informado que el 1º de noviembre se iban a pagar los intereses que se vencían en dicha fecha, el pago se habría postergado. Recién entre hoy y mañana se girarían los USD 800 millones pendientes. Eso dejaría las reservas del Banco Central muy cerca de perforar los USD 21.000 millones. Claramente, no hay mucho margen para que se autoricen giros para el sector privado.


Al mismo tiempo, se había informado que, gracias a la activación del segundo tramo del SWAP con China, las operaciones comerciales iban a continuar con su operatoria dado que se iba a utilizar para realizar pagos. Pero la realidad muestra otra cosa, si bien las importaciones se autorizan y se nacionalizan, los pagos a los proveedores no salen. Ni a China ni a ningún lado. Solo se autorizan pagos por montón ínfimos. En el caso de los servicios, desde que se restableció la Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior, ya no importa si se tiene o no la SIRASE aprobadas, todas dan error.


La esperanza de muchos estaba dada en que el cepo llegará a su fin el 10 de diciembre, pero los candidatos ya adelantaron que esto no será posible. El ministro de Economía adelantó que el cepo podría levantarse recién a finales de 2024, si las liquidaciones de las exportaciones acompañan. El horizonte queda muy lejos, y más para aquellas empresas que hoy están atravesando una muy difícil situación. ¿Y la oposición? Si bien Milei indicó que la dolarización es el objetivo de máxima para su gobierno, se ha dejado transcender que no se pensaría en salir del cepo hasta tanto no se hayan resuelto otros problemas macroeconómicos.


Esto complica aún más el escenario para las empresas importadoras que hoy no saben ni cómo ni cuándo, y menos a cuánto van a poder pagar las obligaciones asumidas. Entonces la pregunta que se hacen es: ¿Cómo se podrá salir?


¿Cómo se ajustaría el tipo de cambio?


Mucho se habló durante el fin de semana de la posibilidad de un desdoblamiento gradual. Y quien intentó explicar cómo sería fue el ex ministro de Economía Cavallo. Siempre sobre un enfoque semi-gradual. El economista explicó que se podría realizar un ajuste cambiario parecido al de agosto, alrededor del 22%, pero luego se mantendría el ajuste según la evolución de la inflación mensual. ¿En cuánto cerraría el tipo de cambio a finales de 2023? Estaría entorno a los $600.- Obviamente esto tendría como consecuencia una aceleración de la inflación.


Es de suponer que el actual ministro de economía intentaría mantener el esquema de desdoblamiento, para ofrecerle a los exportadores un tipo de cambio más alto. El problema es por partida doble: al Fondo Monetario este tipo de enfoques no le convence, y hay una negociación de por medio; si se mantiene el esquema actual el 30% de lo liquidado va al mercado financiero y no a las arcas del BCRA, que tanto las necesita.


También hay otros escenarios posibles: un ajuste sustancial del tipo de cambio, con un fuerte cepo, cada vez mayor; un desdoblamiento con un tipo de cambio comercial y otro financiero.


No hay que olvidar el escenario planteado probablemente por la oposición que sería un sinceramiento para luego llevar a la unificación y a la dolarización. En este caso, es probable que el ajuste se lleve adelante a una tasa mayor de devaluación que la que intentaría sostener el oficialismo.


Lo que queda claro hoy es que no hay mucho margen para continuar con el tipo de cambio atrasado, la economía necesita que se sinceren los precios de todos los activos. Obviamente que, como ha quedado demostrado, la devaluación sin un plan no tiene sentido y se licua antes de haberse ejecutado.


Sería bueno que alguno de los candidatos responda cómo dará solución a la deuda con el sector privado por importaciones que llega a los USD 54.000 millones.


Lo que si queda clarísimo es que el sinceramiento de la economía se puede hacer de manera ordenada, con un plan económico y pensando en el impacto social que tendrá. O la economía sola lo hará, será desordenado, y el costo social será altísimo. El cómo depende ahora de quienes tomen las decisiones.

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