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Las canastas superaron a la inflación

La semana pasada el INDEC informó el valor de la variación de la canasta básica y la canasta básica alimentaria. Los valores que nos preocupan.

Lunes 23 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo

La semana pasada el INDEC dio a conocer la variación de diciembre y el valor interanual para la canasta básica y la canasta básica alimentaria. Ambas cerraron por encima de la inflación, y dejan preocupación porque nos marcan como cerrará el nivel de pobreza y la indigencia en nuestro país.


La canasta básica total (CBT)


Según informó el INDEC aumentó en diciembre un 4,5% - menos que la inflación -, sin embargo, su variación anual quedó en el 100,3%. De esta manera, una familia tipo (dos adultos y dos niños) necesitaría al menos unos $152.515 para no caer en la pobreza. Un adulto necesita unos $49.358 para no ser pobre según este organismo. Mientras que una mujer de 35 años con un hijo de 18 años y su madre de 61 años necesitaron unos $121.420.

Fuente: INDEC


La canasta básica alimentaria


En el mismo informe, se conocieron los valores para la canasta básica alimentaria (CBA) - que sirve para medir el nivel de indigencia -, y la misma arrojó una variación del 5% en diciembre. Mientras que la inflación en 2022 evolucionó de manera interanual al 94,8%, la CBA se ubicó en el 103,8%. Un adulto necesitó unos $21.743 para no ser considerado indigente. Mientras que una familia tipo unos $70.666.


Fuente: INDEC

CABA informa otros valores


El Instituto de Estadística y de Censo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dio a conocer la semana anterior que durante diciembre una familia necesitó de unos $235.188,19 para poder ser clase media. Cuando se compara con los valores de 2021, el incremento fue de un 99,15%.


¿Y los salarios?


El último informe presentado por el INDEC sobre los salarios se publicó el 29/12/22 y corresponde a la evolución hasta el mes de octubre. En dicho mes, el aumento fue del 5,1% promedio - el sector público un 6% y el sector privado un 5,3% - mientras que el empleo no formal registraba un 3,1%. Para el empleo formal se acumulaba un alza del 72,7% y la variación interanual era del 82,7%. En el caso del sector informal, la variación acumulada estaba en el 54,6% y en un 70,7% interanual.


En ese mismo mes, la inflación acumulada anual era del 76,6% y la variación interanual de un 88%. Mientras que la inflación sube por ascensor, los sueldos suben por la escalera.

Fuente: INDEC

¿Qué va a pasar? ¿Y por qué deberíamos preocuparnos?


Con estos datos y considerando que para el primer semestre la pobreza se ubicó en el 40,6% mientras que la indigencia en el 10,7% es esperable que el resultado de 2022 no mejoré. De mínima se mantendrá igual o se incrementará, y es importante remarcar que el grupo más golpeado por la indigencia, en el último informe, fueron los niños. El 50,9% de los menores de 14 años eran pobres, mientras que el 12,7% vive en la indigencia. (Ver Un país, la pobreza y un futuro empeñado).


El contexto que acompañó el cierre de 2022 no fue el mejor y eso nos hace pensar en que la situación será difícil para 2023. Ante la suba de las cotizaciones de los diferentes dólares podríamos esperar un considerable ajuste de los precios no regulados. Por otro lado, las dificultades para importar traen grandes problemas pensando a futuro en el empleo. Muchas son las PYMEs que no saben cómo van a seguir o están evaluando suspender al personal hasta tanto no tengan los insumos para producir. Solo si el empleo formal tuviera un fuerte repunte podría mejorar la situación de la pobreza. Es importante remarcar, con relación a los salarios habrá que ver cómo terminan las paritarias 2022-2023 - porque muchos gremios están negociando ajustes en el primer trimestre para acortar la brecha con la inflación -, pero por ahora todo parece indicar que los sueldos habrían perdido contra ésta. Esto quiere decir, menos capacidad de compra. Como siempre, la inflación haciéndonos a todos más pobre poco a poco, mes a mes.


En un año tan complejo como fue 2022, y en vistas de lo que se viene para éste es probable que los números nos duelan cada vez más. Pensar que 1 de cada 2 niños menores a los 14 años no satisface sus necesidades básicas en un país donde lo que no debería nunca faltar es alimentos, es algo que nos desgarra por dentro.


Muchas veces se hace énfasis en la necesidad de corregir las variables macroeconómicas, y de tanto repetirlo, hasta por momentos nos sentimos discos rayados. Pero la realidad es que se hace hincapié porque detrás de los números, hay seres humanos, personas: adultos y niños; madres, padres, abuelos, jóvenes y pequeños que se van a dormir todas las noches con la panza vacía. Y con poca esperanza de que la situación mañana se revierta. Aquellos que tienen un trabajo o dos y no les alcanza. O que hoy, tienen miedo de perderlo porque no saben qué va a pasar con la fábrica o el comercio donde se desempeñan. Hay que acomodar el rumbo para que recuperen no sólo la esperanza sino la capacidad de poder a través de su esfuerzo satisfacer sus necesidades.



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