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Los importadores al borde del abismo

Actualizado: 6 sept 2023

En estos últimos días se comenzó a hablar en los medios de comunicación sobre la deuda del sector privado con el exterior. Pero quienes estamos en el comercio exterior hace tiempo que somos conscientes del problema y de su gravedad. El sector ya no resiste.

Jueves 31 de agosto de 2023, Mg. Yanina S. Lojo

La situación ya no da más. Los mails se acumulan, las llamadas se prolongan. Se muestran todos los documentos, los mails, todo documento que sirva de respaldo posible, hasta el extracto bancario. Pero nada parece convencer ya a los acreedores internacionales. No aceptan más las postergaciones, los cambios y la incertidumbre. Y si ellos ya no pueden con todo esto que queda para los operadores argentinas a quienes las reglas de juego se les modifican a diario. Y ya no saben qué camino seguir.


Los cambios en las reglas


A fines de abril, los importadores de servicios de fletes internacionales descubrieron que sus pagos al exterior ahora quedaban alcanzados por la infame SIRASE y además, en algunos casos se aplicaron plazos una vez aprobada la misma para poder acceder al mercado.


Desde entonces hasta ahora, las aprobaciones han sido ínfimas para el nivel operativo que necesita nuestro país para sostener la actividad comercial. Y si bien la medida afecta también al pago de servicios de flete vinculados con las exportaciones, estos tienen un tratamiento diferencial aunque tampoco ven diferencias sustanciales.


La realidad es que el pago de todos los servicios alcanzados por la SIRASE están sufriendo por la falta de aprobación y los problemas técnicos en la implementación de las cuestiones técnicas asociadas con esta cómo la incorporación de la fecha de aprobación. Desde abril que se esperan cambios que se adecuen a la normativa vigente.


En caso de los bienes, el primer llamado de atención fue cuando en mayo se estableció que todas las excepciones del punto 8.1 a 8.6 debían tener como plazo inicial cero (0) para poder ser tratados como tal. Dentro de estos se encuentran tanto insumos médicos como bienes de capital. La normativa se aplicó para todas las SIRA que tuvieran fecha de SALIDA con posterioridad al 12 de mayo de este año.


El problema surge cuando las aprobaciones empezaron a darse con plazos iniciales de 60,90, o incluso 365 días. En otras palabras, chau excepciones. Y los proveedores a quienes se les había explicado unas condiciones de pago tratando de entender que los argentinos no iban a poder cumplir. No porque no quisieran sino porque las reglas del juego cambiaron sin previo aviso.


El Impuesto País y la Devaluación


En medio de el caos, con operaciones esperando para poder acceder al mercado y pagar nos encontramos con la implantación del Impuesto País para el pago de importaciones de bienes y servicios. Una medida que se aplicó con carácter retroactivo. Porque todos aquellos que habían nacionalizado y que no habían podido pagar por no tener acceso al mercado ahora tendrían que afrontar este nuevo costo adicional, por el ingreso de mercadería que quizás ya vendieron o que utilizaron en un proceso productivo que ya se había finalizado y donde los costos de producción se habían calculado.


El caos que generó esta nueva normativa y su implementación demoró el ingreso al mercado y así llegamos al 14 de agosto y la decisión de devaluar la moneda y llevar el tipo de cambio oficial a $350.- Un nuevo golpe a las empresas. Las grandes podrían haberlo previsto e incluso cubrirse, pero la mayoría, las PYMES y los emprendedores fueron seriamente afectados.


Trabas y más trabas


A medida que las reservas del BCRA bajaban las trabas formales e “informales” fueron creciendo. Hoy muchas firmas quieren acceder al mercado y no pueden. El CCUCE funciona de manera intermitente, y hay jornadas donde está más tiempo fuera de servicio. Eso hace imposible que los bancos puedan validar los giros.


Al mismo tiempo, surgen innumerables errores o inconsistencias: que el monto por el que se quiere acceder supera el monto FOB de la declaración, que no se ha llegado a la fecha de acceso porque el importador no se dio cuenta que le postergaron el acceso, que la destinación no existe, etc.


Durante agosto los operadores tuvieron que enfrentarse a situaciones como: la modificación arbitraria de la Capacidad Económica Financiera (CEF), la eliminación de las fechas y plazos, la postergación del acceso y otros errores.


Siendo el último día hábil de agosto, todos esperan que mañana se corrija la situación del CEF puesto que durante agosto muchas organizaciones no pudieron oficializar SIRA por falta de Capacidad. Recordemos que hubo recortes de hasta el 50% y en muchos casos se establecido un valor de $1. Si bien se dijo que tenia que ver con empresas que poseían incluidos en materia cambiaría, se verificó que esa no era la realidad de la mayoría de las PYMES que jamás habían exportado.


De un día para otro, las fechas y plazos desaparecieron. Aquellos que tuvieron suerte y se les completó el dato se encontraron con accesos para finales de octubre o noviembre. También esta es la realidad de muchas firmas que poseían acceso para agosto o septiembre. Mientras tanto no son pocas las empresas que siguen luchando para que se les carguen los datos.


El problema ya no es solo la aprobación sino el pago


Con motivo de la crisis que atraviesan empresas del sector Salud para abastecer el mercado local el tema a tomado otra dimensión. Sin embargo, como vemos atraviesa toda la actividad del comercio exterior.


Hace unos meses atrás la mayor dificultad era que las SIRA fueran aprobadas, hoy pareciera que en un intento de sostener la actividad estas se aprueban pero el pago es la verdadera epopeya. Y sin pago tarde o temprano, pareciera más temprano que tarde, la actividad se va a detener.


Deuda récord y sin perspectivas


Todos hablan ya del nivel de deuda récord que acumula el BCRA con los importadores, pero la realidad es que no hay perspectivas de mejoras considerando que las deudas de este ya superan el importe recibido en desembolso por el FMI.


La crisis es mucho mayor de lo que se dimensiona. Cargas que se demoran, que se bajan de los buques, proveedores que acosan a los importadores, amenazas de inicio de acciones legales, de agencias de cobro internacional. Para un productor nacional que tienen que tratar de surfear las dificultades de la economía argentina cotidianas, el estrés que todo esto genera lo tiene completamente desbordado. Si queremos una industria nacional fuerte hay que permitirles traer insumos, bienes intermedios y maquinarias.


Como siempre remarcamos, el comercio exterior es un círculo virtuoso para exportar más hay que importar. Y Argentina necesita dólares, para eso necesita operaciones que generen ingresos genuinos.


Hoy la sensación que hay en el mercado es que el problema se está postergando para más adelante con el temor, que al igual que sucedió el 14 de agosto, haya un nuevo ajuste del tipo de cambio dado que el llevado adelante prácticamente se diluyó por el ajuste de precios.


Mientras desde Economía se enfocan qué querer congelar lo más posible, la incertidumbre del día después al 31 de octubre crece. La olla de presión ya no resiste mucho más. Hasta ahora las empresas y los industriales, contrario a lo que muchas veces se instala, han acompañado sea voluntario o por presiones, pero el margen que tienen para no caer en una situación trágica es mínimo. Quizá sea hora que los mansos alcen la voz.

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