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MERCOSUR: Muy poco de común y mucho de discordia

En el día de ayer en una medida coordinada Argentina, Brasil y Paraguay intentaron ponerle un límite a las ambiciones de Uruguay, que decidió anoche redoblar la apuesta. El tire y afloje de un bloque que poco tiene de común y mucho de discordia.

Jueves 1º de diciembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo


Ayer por la mañana en una acción conjunta a través de las redes sociales, Argentina, Brasil y Paraguay manifestaron su disconformidad con la posible decisión de Uruguay de avanzar de manera unilateral en la celebración de acuerdos de libre comercio. Le recordaron que el MERCOSUR se trata de un bloque y como tal, las negociaciones y la celebración de acuerdos deben hacerse de manera coordinada y consensuada entre todos los Estados Miembros. Asimismo, remarcaron que se reservan el derecho de tomar medidas legales y judiciales si Uruguay decidiera avanzar por este camino.


¿Qué generó está reacción?


Esta semana el canciller uruguayo Francisco Bustillo Bonasso comenzó una gira por Australia y Nueva Zelanda. Antes de abandonar Uruguay habría dejado trascender entre los principales líderes políticos de su país los beneficios que podría reportar la incorporación al Acuerdo Transpacífico.


¿Qué es y quiénes forman parte del Acuerdo Transpacífico?


El Acuerdo Transpacífico se trata de un acuerdo de cooperación económica que tiene como objetivo principal facilitar el comercio entre los países miembros. Está conformado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El mismo nació tras negociaciones llevadas adelante en el marco del Acuerdo de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en 2002. Los cuatro países miembros originales son: Chile, México, Singapur y Nueva Zelanda. Japón también ha manifestado su intención de formar parte.


El propósito inicial del Acuerdo era lograr la reducción de los aranceles entre los países miembros en un 90% para 2006, y su eliminación completa hacia 2015.


Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush en 2008 había manifestado su intención de formar parte del bloque e ingresó en las mesas de negociaciones que se habían creado en el marco del acuerdo. Pero en 2017, el presidente Trump se retiró de manera definitiva.


¿Qué argumentaron los países miembros del MERCOSUR?


A través de un comunicado conjunto las cancillerías de 3 de los países miembros le hicieron saber a Uruguay que avanzar en este tipo de negociaciones es considerada una violación a la regla de la negociación colectiva – o individual con permiso del resto de las partes -, yendo en contra de los acuerdos suscriptos en Asunción (1991) y de Ouro Petro (1994).


El primer artículo del Acuerdo de MERCOSUR establece la adopción de un Arancel Externo Común y de una política comercial común hacia terceros estados o agrupaciones de Estados.

MERCOSUR tiene abiertas una cantidad considerable de negociaciones con diferentes países y bloques, entre las que resalta la que se mantiene hace años con la Unión Europea.


La controversia que no es nueva


Los conflictos dentro del bloque ya vienen desarrollándose desde hace un tiempo. Uruguay ya ha presionado manifestando su intención de celebrar un Acuerdo con China e inclusive con la Unión Europea si el bloque no logra avanzar con las negociaciones. En este último caso, contaba con el apoyo de los países miembros excepto Argentina que sigue dilatando la negociación con la UE. Bolsonaro había apoyado el avance de las negociaciones sin Argentina, y Lula durante la campaña dejó trascender que acompañará el proceso de apertura con el bloque europeo.


En la última reunión de presidentes, Lacalle Pou había manifestado que la intención de Uruguay era seguir formando parte del MERCOSUR. Sin embargo, no estaba dispuesto a permitir que el mismo se convirtiera en un corsé que imposibilitara el crecimiento de su país.


¿Cuál fue la respuesta de Uruguay?


Las declaraciones del presidente Lacalle Pou, no se hicieron esperar. Uruguay entiende que la interpretación de los puntos citados por el resto de los países miembros del MERCOSUR no es tan restrictiva como estos mismos sostienen. Por ello, citó como ejemplo, la primera reducción de aranceles que acordaron Argentina y Brasil, o la reducción de aranceles para productos que ingresan en la Zona Franca de Uruguay.


Pero lo más importante, es que contrario a lo que probablemente esperaban los demás miembros, Uruguay redobló la apuesta y anoche presentó la solicitud formal de ingreso al Acuerdo.


¿Qué será del futuro del bloque?


La realidad es que hace ya mucho tiempo que el MERCOSUR parece haber caído en un estancamiento, donde no sólo no se avanza en una mayor integración externa, sino que tampoco se ha logrado una mayor integración interna. Las ideas originales planteaban una situación similar a la que tiene Europa, a través de la Unión Europea. De mínima, uno de los objetivos que se tenía que alcanzar entre los países miembros era la libre circulación de bienes, servicios y personas. Y esto no se ha logrado después de 30 años. Apenas hemos alcanzado una Unión Aduanera Imperfecta.

Es lógico pensar que si el bloque no avanza corre riesgo de romperse. Brasil y Uruguay están decididos a abrirse al mundo, porque entienden que es la vía por la cual pueden permitirle a sus economías crecer. Brasil, que durante el gobierno de Bolsonaro se había cerrado bastante sobre si mismo, es posible que con la asunción de Lula revierta está posición. El nuevo presidente buscará reclamar el liderazgo en Sudamérica, y es probable que cuente con el apoyo de Estados Unidos. No sólo el tamaño de su economía lo respalda, sino también su potencial de expansión.


Argentina tuvo durante estos últimos años una posición muy cerrada al mundo, principalmente alimentada por las dificultades económicas que viene acarreando. El MERCOSUR requiere del consenso del conjunto para que un Estado negocie por fuera del bloque. Con relación a las negociaciones con la Unión Europea, mientras que la mayoría de los países habrían logrado acercar posiciones, nuestro país se mantiene muy duro y corre riesgo de que Brasil y Uruguay se unan y logren obtener la aprobación para celebrar el Acuerdo sin nosotros. Por otro lado, si Argentina y Brasil se aliaran y tomarán una decisión en conjunto con Paraguay, a Uruguay no le quedaría otra opción más que claudicar puesto que el peso de estas economías en la actividad comercial uruguaya es muy fuerte.


Obviamente, la decisión del presidente uruguayo se da en el marco de una serie de conflictos internos y de discusiones dentro de la política uruguaya. Y no hay que perder el norte. El MERCOSUR tiene que abrirse al mundo. No puede continuar aislado. Una de las principales ventajas que tiene el bloque es que produce más alimentos de los que necesita, en un mundo donde lo que siempre falta son los alimentos. La posibilidad de crecimiento que le daría una mayor apertura del bloque a la economía regional es altísima. Pero para lograr esto cada país miembro deberá dejar atrás sus problemas internos y sus ideologías políticas y pensar qué es lo mejor para la región, para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de estos cuatro países. El MERCOSUR es un muy lindo sueño, difícil de concretar, pero no imposible. Tiene aspectos positivos y negativos, pero teniendo a la Unión Europea como ejemplo tendríamos la posibilidad de lograr una propuesta superadora. Para eso se necesita mucha visión, y menos egocentrismo político. Acuerdos como éste no son de un gobierno, son de los países y representan un legado para las generaciones venideras. Siempre unidos somos más fuertes que divididos. Ojalá que un día Sudamérica se convierta en el futuro del mundo.

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