Las negociaciones en Estados Unidos con el FMI avanzan y es probable que el desembolso a fin de mes llegue. Sin embargo, el futuro no parece aclararse.
Lunes 12 de septiembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Desde Washington el mensaje fue claro. Las metas están para cumplirse, dijo el ministro de economía. Ese mensaje no fue solo para los inversores y el mercado. Fue para los propios. La cuestión es hasta dónde está dispuesto a llegar el ministro para cumplir con lo que el mismo enunció.
Hasta ahora nos queda un largo camino para cumplir con los objetivos impuestos: ¿Cómo harán desde economía para encausar al país? ¿Tendrá Massa el suficiente poder político para tomar las difíciles decisiones que se deberían tomar? Nombrar un ministro que no fuera economista tenía como objetivo que esta persona tuviera el suficiente peso político para poder avanzar con cambios profundos. Sin embargo, poco se ha visto de eso hasta ahora. Sólo se implementó una suba de tarifas y de tasas. Los planes sociales que habían sido suspendidos por irregularidades fueron reactivados. Las reservas siguen en el sótano. La brecha sigue siendo altísima, porque nadie termina de tomar la decisión de devaluar.
La llegada de nuevos dólares
El gobierno anuncia por todo lo alto, orgulloso, y como si fuera un éxito, que consiguió nuevos préstamos. Y al mismo tiempo prórroga hasta fin de año el cepo a las importaciones que vencía a fin de mes. Entonces, ¿para qué son los dólares? ¿No eran para darle oxígeno a la industria como habían prometido? Puesto que originariamente, nos habían dicho que una vez que empezarán a ingresar dólares, se flexibilizarían las importaciones. Teniendo en cuenta que se necesita que ingresen insumos industriales y aquellos bienes terminados que no tienen producción local. Sin embargo, acá estamos. Igual que cuando arranco el nuevo ministro, pero bastante más pobres.
Inflación
La inflación del mes de agosto se ubicaría entre el 6% y el 7%. De esta manera, la inflación anual ya tiene un piso del 90%, y según la mayoría de los economistas, las expectativas del BCRA se ubicarán en el 95%. Por ello, la autoridad monetaria habría dispuesto que llevaría la tasa efectiva de los plazos fijos al 100% para seguir fomentando la colocación de depósitos a plazo evitando la dolarización de las carteras. Las primeras dos semanas del mes de septiembre ya estarían poniéndole un piso a la inflación mensual del 6%. Siempre son las dos semanas en donde se concentran los mayores aumentos, pero difícilmente se perfore el piso ya impuesto.
Tipo de cambio
El dólar soja ya está operativo y generando ingresos. Mientras la cerealeras - porque la medida no fue acordada con los pequeños productores -, cumplieron con su parte por demás, el dólar oficial se devaluó en una semana $2,50.- ¿Pesce esperó a que Massa se fuera para ajustar el tipo de cambio o Massa le pidió que lo hiciera mientras no estaba? ¿Fue una señal que se quiso dar para llevar tranquilidad al FMI?
Se ofrecen desdoblamientos transitorios para fomentar las liquidaciones de exportaciones de ciertos sectores, y lamentablemente, lo único que se logra es que el resto de los sectores pidan mejoras y miren con bronca a quien accede al dólar barato. El problema es que las mejoras en el tipo de cambio implican un costo que el estado ya no puede pagar. La alta emisión que tuvo que llevar adelante el gobierno para poder ofrecer este dólar de $200.- tiene que pagarse, principalmente con mayores tasas.
Novedades no tan nuevas
Massa pide en Washington respaldo político para que la declaración del FMI sea mucho más que técnica, no sólo pasar la revisión y recibir el desembolso. Un comunicado político del Fondo será la carta que usará para tratar de atraer nuevos inversores internacionales. En Estados Unidos quieren estabilidad en nuestro país por una cuestión regional. Pero también quieren ciertas garantías que habrá que ver si Massa puede darlas. Más allá de todo el enjambre del lobby lo que no queda claro es para qué se usarán los nuevos dólares que llegaría. Estamos a la espera de novedades, pero lo que llega no es nuevo. Los cambios profundos que necesitamos para mejorar, tampoco. Va siendo hora de que ordenemos las cuentas.
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