A medida que los meses transcurren, las importaciones siguen complicadas, y la inflación en los rubros no regulados no da tregua por lo que son cada vez más las empresas que miran a fines de febrero con ansias.
Jueves 5 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
Como venimos advirtiendo, los programas de congelamiento de precios no dan resultado o por lo menos, no el resultado esperado por parte de las autoridades en materia económica. Dado que es imposible que todos los precios de la economía se congelen, llega un punto en donde la olla a presión salta por el aire. ¿Es febrero el límite?
Los reclamos que se vienen
Muchas de las firmas que han suscripto acuerdos de precios, en particular, las alimenticias que ingresaron al programa Precios Justos están preocupadas porque los números no cierran. Más allá que cada vez se les hace más difícil sostener los precios, también se les está haciendo cada vez más complicado mantener los aumentos por debajo del 4% como pautaron con Economía.
La realidad es que si bien, desde Hacienda, han querido colaborar firmando acuerdos con las empresas proveedoras de envases para los productos alimenticios, los costos siguen subiendo por diferentes puntas: tarifas, salarios, fletes, insumos nacionales, insumos importados, por todos lados los costos suben.
Es por ello, que cuando se acerque el momento de renegociar los acuerdos difícilmente se logre convencer a las empresas que sigan el camino del 4%. Algunos incluso se animan a decir que la recomposición, para aquellos productos que fueron congelados, debería ir en el orden del 12 al 14%. Y para los que fueron ajustando al porcentaje acordado, se deberían realizar correcciones antes de empezar a hablar.
El impacto de las importaciones
Al momento de celebrar los acuerdos, se les prometió a las empresas que se les daría acceso a los dólares. La realidad es que lo que han recibido es acceso a las SIRA, pero en cuanto a los dólares sólo se les ha brindado plazos más cortos para el pago. Muchas firmas reconocen que los plazos para la obtención de las licencias y la cantidad de días para ingresar al mercado mejoró, pero lejos están de poder garantizar un correcto funcionamiento de sus cadenas de abastecimiento.
Era algo esperable. Cuando se abarca mucho, poco se aprieta. Dólares faltan, y fueron muchos los sectores a los que se convocó para los acuerdos de precios. Esto siempre nos llevó a pensar en cómo iba a hacer el Estado para cumplir con todos.
El dólar que no ayuda
En los últimos diez días el dólar libre y las cotizaciones financieras han hecho correcciones al alza. Estas últimas en una menor medida que el libre, debido a la fuerte intervención del Banco Central que ha “reventado” el valor de algunos bonos en el mercado para tratar de evitar que la brecha siguiera creciendo.
Al mismo tiempo, las empresas han estado observando preocupadas como la política de devaluación que ha llevado adelante el BCRA continúa firme en torno al 6,5% mensual aproximadamente. La inflación, según fuentes del gobierno, está recorriendo un camino descendente y era esperable que el Banco Central ralentizara la evolución del tipo de cambio para acompañar a las empresas que suscribieron acuerdos de precios. El ruido que ha estado introduciendo la política, en pleno año electoral, tampoco está ayudando a generar confianza y certidumbre.
En los próximos días hay vencimientos de deuda, y la gran pregunta es a dónde irán esos pesos que no ingresen en el roll over. Si las carteras se dolarizan, como muchos temen, lo más probable es que veamos un nuevo salto en el dólar y eso va a ir directo a la inflación. Diciembre podrá mostrar un número no tan malo, pero en enero con la cantidad de aumentos que se autorizaron, difícilmente se podrá evitar un nuevo salto.
Las paritarias
Si bien se dejó trascender que la idea de Economía es convocar a las centrales obreras para llegar a un entendimiento y pautar subas salariales que acompañen a la inflación, eso es algo que aún esta por verse. Y dependerá mucho de lo que suceda en estos primeros tres meses no sólo con la inflación, sino con el dólar, la actividad económica y las reservas. El campo jugará un papel fundamental porque, aunque aparentemente no será tan mala la cosecha como se esperaba, el ingreso de dólares será mucho menor al esperado y probablemente, a menos que se ofrezca algún estímulo será difícil convencer a los productores que vendan la cosecha para que luego los exportadores reciban los beneficios.
Tarde o temprano la economía te ajusta
Por más que se quiera postergar, en algún momento, el ajuste llegará. Será planificado o sucederá por las mismas fuerzas de la economía. La economía no se va a autodestruir, por el contrario, va a hacer todo lo posible para tratar de seguir funcionando. El problema es que en el proceso muchas empresas y personas pueden sufrir. Esa es la diferencia de cuando se planifica que, aunque el daño no pueda evitarse puede buscar minimizarse. Aferrarse a medidas que no han dado resultado, sólo para cumplir con metas pero que no se sostienen generan este tipo de situaciones.
Una de las cosas que te enseñan cuando uno estudia negociaciones es que hay que evitar bajo todos los medios llevar adelante acuerdos leoninos – esos donde una de las partes gana mucho y la otra poco o nada -, en particular si la relación con la contraparte se va a sostener en el largo plazo. Porque ese tipo de acuerdos pueden darse una vez, o cuando una de las partes tiene demasiado poder sobre la otra, pero cuando uno pretende mantener una relación en el tiempo lo mejor es negociar un acuerdo donde ambas partes ganen y de manera real. Sino la próxima vez, difícilmente quieran acordar con uno.
El Estado tiene una posición de poder superior al resto de los actores económicos, pero nadie va a poner en juego el esfuerzo de su vida, su capital por mucho tiempo. Una empresa puede hacer una apuesta a tres meses, pero difícilmente se juegue mucho más tiempo. Quizás no sea en marzo, sea en abril o junio, pero a medida que el año vaya transcurriendo, si las promesas no se cumplen, lo más probable es que el programa Precios Justos tampoco.
Yorumlar