Mientras esperamos que el Banco Central anuncie cómo se implementará la normativa para que las PYMES puedan acceder a un cupo para pago anticipado, nos enteramos de que se autorizará un nuevo tipo de dólar para los turistas extranjeros y la pregunta que surge es: ¿Hasta cuándo?
Jueves 3 de noviembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Este miércoles mientras todos estábamos ansiosos esperando la normativa del Banco Central para ver cómo será este cupo de USD 50.000 para pago anticipado que las PYMES tendrán, llegó el anuncio: un nuevo dólar. Un dólar "turismo extranjero con tarjeta" para los turistas no residentes.
¿De qué estamos hablando?
Según se anunció ayer, desde el viernes 4 de noviembre los turistas no residentes que lleguen al país y utilicen para pagar sus tarjetas de crédito o débito, en lugar de aplicarse el tipo de cambio oficial para la conversión de los gastos en pesos, se utilizará la cotización MEP.
¿Cómo se instrumentará?
La empresa procesadora de pago podrá recurrir a la venta de bonos - los más líquidos del mercado, que hasta ahora eran los del Banco Nación -, y de esa manera en lugar de convertir los gastos en pesos a $163,50, lo harán a $291,37. Economía considera que este mecanismo logrará que en lugar de que los turistas extranjeros convirtieran sus dólares en el mercado paralelo (que cotizaba ayer a $291.-) recurran al uso de sus tarjetas de créditos, y así el Banco Central pueda captar los dólares que traen y reforzar las reservas.
¿Quiénes se verán alcanzados por esta medida?
Todos aquellos turistas no residentes: extranjeros o argentinos que tengan residencia fijada fuera de nuestro país. Para ello, deben utilizar una tarjeta de crédito o débito cuyo emisor sea una entidad financiera en el exterior. Se aclaró que las procesadoras de pago, podrían cobrar una comisión por la transacción comercial. Desde Economía confían que el BCRA podría incrementar sustancialmente la cantidad de dólares que reciben por el turismo receptivo, que hoy es de USD 30 millones solamente, dado que el resto se canaliza a través del mercado paralelo. En el primer semestre se estimaba que del total de los USD 1.300 millones que los extranjeros habían gastado en nuestro país, el 80% había ido al mercado paralelo debido a la brecha cambiaria.
¿Qué señales envía al mercado este tipo de medidas?
Otro tipo de dólar más y van... 15 o 16. Ya estamos perdiendo la cuenta. La realidad es que este tipo de medida lo único que hacen es revelar la fragilidad de la situación de las reservas argentinas. Si nuestro Banco Central para captar los dólares que trae un uruguayo o un chileno que viene de visita a nuestro país le ofrece liquidarle los gastos a $ 291 y no a $ 163,50 indirectamente está convalidando que el tipo de cambio oficial es irreal, sostenido de manera artificial y cada vez se le hace más difícil seguir con esta situación. Desde Economía creen que esta medida además va a ayudar a reducir la brecha, dada la mayor oferta que se generaría. Lo que no están teniendo en cuenta son las expectativas.
¿Qué está viendo el mercado?
El mercado está viendo algunos datos que le preocupan:
Suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, esto implica que el dólar se sigue fortaleciendo, haciendo que las carteras globales se dolaricen en perjuicio del resto de los activos.
Un dólar fuerte genera una caída en el precio de las commodities y nuestro país es principalmente exportador de este tipo de productos.
La cosecha de trigo, como consecuencia de la sequía, generará un menor volumen de exportaciones, por lo tanto, un menor ingreso de dólares.
Las liquidaciones adelantadas asociadas con el dólar soja, que hacen que durante el último trimestre se espere - junto con las menores exportaciones de trigo-, un importante descenso de los dólares que ingresarán a nuestro país en los últimos meses.
La guerra en Ucrania, que está generando una importante crisis energética que no ayuda al problema de la inflación global.
El inicio de una recesión global, que golpeará el comercio internacional. Empresas navieras ya están estimando una caída de 5% en la solicitud de contenedores.
Todas estas señales deberían preocupar al gobierno que necesita no sólo controlar la inflación sino garantizar el ingreso de dólares, a través de mayores ventas al exterior. Si el mundo entra en recesión, como muchos temen, el comercio internacional se va a contraer. Si a eso le sumamos, que el mismo INDEC reveló que hoy la industria nacional vende al exterior la misma cantidad que hace 16 años, la gran pregunta que se hacen los inversores es: ¿Cómo vamos a vender más si el mundo demanda menos y si cuándo pudimos hacerlo no teníamos la capacidad competitiva para hacerlo?
Fuente: Indec
En este contexto, lo único que le queda al Gobierno es seguir pisando las importaciones y postergando los pagos para más adelante, sólo para poder llegar. Porque tarde o temprano, habrá que acomodar las cuentas. Si vendemos lo mismo o menos, gastamos casi lo mismo, difícilmente podamos sostener un nivel de compras alto. Entonces, el discurso de expandir la oferta para presionar los precios a la baja y de esa manera, reducir la inflación no puede sostenerse. La industria argentina verá cada vez más difícil la posibilidad de adquirir insumos para producir desde el exterior. Los miles de tipos de cambio que el gobierno está generando para postergar el ajuste del tipo de cambio, en algún momento dejará de tener efecto. Desde el inversor de la City hasta el comerciante de Once ven que está situación es insostenible y que tarde o temprano, el abanico de tipos de cambio deberá confluir en un único valor. Estas son las famosas expectativas. Toda la economía espera que en algún momento se devalúe, sólo que no está seguro de cuándo será. Esto hace que los comerciantes, las empresas y los inversores tomen medidas de cobertura: suban los precios, tomen posiciones en dólares, inviertan en activos financieros ajustados por inflación o dólares, entre otros miles de opciones.
¿Qué nos espera?
El mercado de futuros desaceleró sus expectativas de devaluación para este 2022, aunque espera que continúe el famoso crawling peg. ¿Qué es el crawling peg? Es cuando el Banco Central lleva adelante una devaluación progresiva y controlada de la moneda. Y es algo que viene haciendo todos los meses. En octubre subió al 6,36% siendo uno de los meses con mayor variación de esta gestión. La evolución del tipo de cambio real con relación a la inflación irá guiando las expectativas de devaluación, que por ahora parecen haberse corrido del corto al mediano plazo. Si bien las tasas del mercado de futuros reflejan que los inversores no temen un ajuste en los próximos meses de 2022, empiezan a pronosticar que se viene un verano caliente y que a menos que alguna variable cambie, será muy difícil que el tipo de cambio pueda seguir sosteniéndose. En este contexto, se hace difícil imaginar que se levante el pie de la manguera de dólares para las importaciones, y no sería de extrañar que vengan nuevos desdoblamientos. Como comentamos ayer, estamos empezando a sentir las consecuencias de una devaluación sin llevarla adelante, como resultado de las medidas que toma el gobierno para tratar de evitarla. ¿Hasta cuándo podremos seguir así?
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