Es la pregunta que todos los que estamos en comercio exterior nos hacemos. ¿Cuán fácil es dejar atrás la SIRA, la SIRASE, la CCUCE y todas las trabas? ¿Se podrá hacer el 10 de diciembre? ¿Impactará en la industria local?
Miércoles 6 de diciembre de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
Hoy hay muchas dudas de cómo seguiremos desde el 11 de diciembre. Algunos importadores no saben si pedir la SIRA para la operación próxima o esperar. ¿Qué vendrá después? ¿Se podrá dar de baja el régimen?
El problema no son las SIRA
Muchos leen este título y quedan shockeados, ¿cómo qué no? Exacto. El problema es la discrecionalidad y arbitrariedad que se le ha dado al sistema. La falta de aprobación sin parámetros lógicos. ¿Cómo es posible que haya empresas que jamás hayan obtenido una sola aprobación y otras han recibido el ok en todo lo solicitado? ¿Qué criterios utilizó el organismo para determinar las aprobaciones? Porque muchos productos que hoy esperan recibir la bendición son insumos para la producción, alimentos de la canasta básica, medicamentos, elementos médicos o incluso de ortopedia.
Entonces, ¿el problema es la SIRA o la manera en la que se ha instrumentado? Una declaración previa de importación NO PUEDE ni DEBE ser un problema. Otros países lo aplican y no tienen estos problemas. Porque la misma cumple una función estadística: le permite al Estado conocer información sobre el flujo de comercio y cómo ira evolucionando su intercambio comercial. No es una traba, salvo que se desee que se convierta en una.
Los mismo sucede con las SIRASE. Si solo fueran un formulario que se autorizará en el momento y que le permitiera al Estado conocer cómo consumen los argentinos servicios del exterior sería una herramienta muy útil. ¿Cómo? Porque nos permitiría buscar oportunidades de mejora o desarrollo. Podríamos ver cómo volvernos más competitivos, más útiles de manera local.
Sin embargo, cada vez que se implementa un sistema de este tipo, se termina desvirtuando y algunos funcionarios de turno terminan determinando el futuro de empresas, o incluso hoy de la salud de los ciudadanos.
La SIMI no era un problema, cuando funcionaba adecuadamente como una declaración anticipada, que permitía la tramitación de las licencias automáticas y no automáticas. Lamentablemente, cuando se reinstauró el Cepo – el verdadero meollo de la cuestión -, el sistema muto y termino siendo nuevamente una herramienta al servicio de la administración pública.
El mayor problema es el cepo
Hoy el problema no son las SIRA que podrían seguir funcionando como declaración anticipada, o reemplazada, incluso eliminadas. Sino el cepo. El gran problema hoy es el cepo, porque es una consecuencia de un problema aún mayor: la falta de reservas.
La administración del comercio internacional en este momento responde a la falta de reservas del BCRA, a un tipo de cambio ficticio, la decisión de no querer permitir el acceso a los mercados financieros, en otras palabras: la decisión de no sincerar la economía.
Con un tipo de cambio oficial que cotiza a $363,55 la cola para pedirle al Banco Central acceso al mercado es larguísima. Mientras que, en el caso de los exportadores, poco atractivo resultaba esta cotización. Ante la decisión de no querer sincerar el tipo de cambio, se han inventado miles de esquemas como el Programa Incremento Exportador que han demostrado ser completamente inefectivos.
Negando el acceso al mercado financiero a los importadores para el pago de las operaciones, se ha generado no solo una bola de deuda sino también de incertidumbre. Aquellos que no pueden pagar, no saben ni cómo ni cuándo lo harán y como consecuencia intentan adivinar el valor futuro al que accederán. El resultado más inflación.
Por ello, en los últimos cuatro años se ha creado una maraña de normativa que complejizo la operación y hace que muchas empresas hoy acumulen enormes volúmenes de deuda.
Entonces, ¿Qué nos queda por delante?
Podríamos imaginar que la SIRA como tal pueda desaparecer, y volvamos a esquemas más simplificados que incluyan una declaración anticipada o ni siquiera, que volvamos a un esquema como el anterior a las DJAI, donde sólo tramitemos Licencias Automáticas y No Automáticas.
Probablemente, y como mencionamos en el artículo de Aduana News (Link artículo) la Capacidad Económica Financiera desaparezca o por lo menos, no tenga más injerencia en el comercio exterior.
La gran pregunta es: ¿Cómo seguimos con los pagos? Es ahí el gran meollo de la cuestión. Quizás para adelante la respuesta sea más fácil. Aquel que tenga la disponibilidad de moneda extranjera o que desee acceder al mercado financiero para pagar sus operaciones, debería poder hacerlo. Difícilmente, con la escasez de reservas que hay hoy se pueda continuar – aún con un tipo de cambio más alto -, autorizar pagos “NO ESCENCIALES”. Obviamente, esto tendrá un impacto en los precios, pero sería la única manera de continuar operando en comercio exterior.
La gran duda es: ¿qué sucederá con el stock de deuda?
Según expresaron funcionarios de la administración entrante hay una considerable proporción de la deuda que corresponde a empresas vinculadas. En ese caso, se podría plantear una calendarización. Pero ¿y las PYMES? Si el tipo de cambio se unifica y se libera, luego de un sinceramiento el escenario es uno. Pero, si por un tiempo continua el Cepo – hasta que se resuelva el problema de las LELIQ se le pedirá a las PYMES que calendarice o se las derivará al mercado financiero.
Muchas confiaron en los instrumentos de cobertura que ofreció el Banco Central por instrucción del ministerio de Economía, que hoy no dan claridad sobre cómo continuarán y si servirán.
Lamentablemente, muchas empresas ya no tienen más tiempo, y si se les pide calendarizar deuda puedan tranquilizar a un proveedor, pero no reciban más mercadería lo que las puede dejar fuera del negocio. Además, hay un importante daño reputacional del que muchos ya no se recuperarán.
El Impuesto país
Tampoco queda claro que sucederá con el Impuesto País. Dado el alto nivel de déficit, es probable que, aunque el compromiso en el largo plazo sea la reducción y simplificación tributaria, en un principio se quede no sólo para sostener la recaudación sino para dar un desdoblamiento implícito que empuje a que muchas empresas se vuelquen al mercado financiero. Más si el acceso al mercado a través del tipo de cambio oficial sigue teniendo muchos requisitos.
¿Se dañará la industria nacional?
En el último tiempo se le ha producido un enorme daño a la industria nacional, y si está continúa sufriendo será como consecuencia de muchas decisiones que fueron tomadas por la administración saliente. Limitar el acceso a materia prima, insumos, bienes de capital, y más aún el pago de estos a generado una enorme distorsión en los costos y precios.
Hoy la industria nacional está débil y atrasada tecnológicamente, y eso la pone en riesgo. La apertura en si misma no es el problema, sino que por cuestiones propias de la macroeconomía hemos perdido competitividad. Medidas tan restrictivas como las que se han impuesto en el último tiempo hacen que se pierda la gimnasia de la competencia internacional y eso atrasa años luz en el desarrollo de la industria. Lejos estamos de poder aprovechar los beneficios de la economía de escala, de la sinergia dentro de una cadena de valor, si la industria de los difundidos hoy no tiene como abastecer el mercado.
En la dulce espera
Hoy gana la ansiedad, los importadores y exportadores se desesperan por saber cuál será el futuro del comercio internacional en la Argentina. Quedan pocos días para que asuma la nueva administración. Ya casi hemos llegado. Esperamos que dentro de la historia del comercio exterior argentino estemos cerrando este capitulo nefasto y comenzando uno nuevo, que potencie el crecimiento de la economía argentina.
Gracias!