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¿Qué esperar en este escenario si sos importador?

Las SIRA se aprueban a cuenta a gota. El gobierno anuncia que sólo se respaldarán operaciones por solo un 6/7% más que el año anterior. El dólar libre continúa subiendo y la inflación sigue siendo “el problema”.

Jueves 12 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo


En lo que va de enero el dólar libre subió más de $17, mientras que las cotizaciones libres oscilan – un día suben, otros bajan -, por la fuerte intervención del BCRA. En el medio, se anuncia que la próxima campaña del campo puede ser la peor de las últimas cinco, entonces con escazas reservas, ¿Qué pueden esperar los importadores?

¿Qué pasa con el dólar?


Arranquemos por el oficial: el crawling peg del BCRA parece desacelerar. Y esto hace que las expectativas de un salto en el precio caigan – en particular, ante el contexto electoral -, alimentado por la desaceleración en la tasa de devaluación diaria. Esto no sucedía desde el mes de septiembre pasado.


Todo pareciera indicar que contrario a lo que uno esperaría con escazas reservas, el dólar oficial intente apreciarse. Esto sólo sería posible con un fuerte cepo, quizás más restrictivo que el actual si se tiene en cuenta el nivel de deuda que acumula el BCRA con los importadores.


En el caso del ROFEX las tasas implícitas muestran una expectativa de devaluación entre febrero y junio entorno al 79% y el 83%. ¿Qué quiere decir? Que el mercado cree que el ajuste discreto – de un 40% como se habló en algún momento -, no sucederá por lo menos hasta las elecciones porque desde Economía han demostrado que harán todo lo necesario para evitar dicha decisión. Incluso incrementar el cepo.


En el caso del dólar libre, la demanda parecería estar superando a la oferta. La decisión de captar al turista receptivo a través del MEP, generó que cayera la disponibilidad dentro del mercado. A esto se le suma, factores estacionales como el exceso de pesos. Por otro lado, la baja performance que tuvieron todas las divisas con respecto a la inflación hacía suponer que el momento del ajuste iba a llegar. En el caso del dólar bolsa y el CCL más allá de la fuerte intervención del BCRA para mantener las divisas a raya, existen muchas limitaciones para que las personas puedan acceder, lo cual hace que se terminen volcando al dólar libre aún cuando éste está más caro. La brecha sigue creciendo, y eso no es bueno para la inflación. Cualquiera que tenga una PYME o un comercio sabe que si el dólar sube $17– en cualquiera de sus versiones -, lo que sigue es una catarata de mails de los proveedores anunciando subas en los precios (los que no fueron obligados a congelar)


La sequía y el fuerte golpe a las reservas


La Bolsa de Cereales presentó un informe anunciando que se puede esperar la peor campaña de las últimas cinco. En esto influye no sólo la sequía, sino también el aumento en el costo de los insumos, y una serie de políticas que afectan la toma de decisiones de los productores.


Debido a la sequía, los niveles de producción de la campaña del invierno se van a ubicar por debajo de la última campaña. Pero lo que más preocupa es la proyección de la producción de los cultivos de verano como la soja, el maíz y el girasol. Esto genera un panorama bastante incierto sobre el futuro de la cosecha de estos granos.


Claramente el impacto va a calar muy profundo en la economía, porque no sólo representará un menor nivel de exportaciones, y por lo tanto, menos dólares. Sino que además implicará un menor nivel de recaudación fiscal en un contexto donde lo que más necesita en el Estado es recaudar para poder solventar el gasto.


Es esperable que los productores, en vista de las dos últimas versiones del dólar soja, estén bastante reacios a entregar sus cosechas a los exportadores sin un estímulo. Lo cual, hará que las acopiadoras, las aceiteras y las grandes exportadoras exijan mayores beneficios a la hora de liquidar los cereales. Ya se venía pidiendo desde el año pasado, que el tipo de cambio diferenciado se extendiera a otros cultivos. En particular, después de las heladas tardías que fueron un verdadero golpe para los productores regionales. Mucho se habló de un dólar para las economías regionales, pero nunca se logró llegar a un consenso.


Ante la falta de dólares, la caída en las exportaciones del agro va a significa que el acceso al dólar oficial sea aún más restrictivo. Probablemente, y contrario a la recomendación del FMI, veamos nuevas ediciones del dólar soja durante este año. Lo poco que haya se tratará de captar cómo sea, pagándolo más caro, con el consecuente impacto en la emisión. La misma que después empieza a generar presión sobre los tipos de cambios.

La deuda con los importadores


Si la Bolsa de Rosario anunció que se espera que las liquidaciones caigan al menos unos USD 10.700 millones con respecto al 2022, y el stock de deuda con los importadores asciende a más de unos USD 8.000 millones nada hace suponer que la situación va camino a mejorar. Por el contrario, sólo puede empeorar.


El fin de semana se anunció el swap con China, pero como bien adelantamos, su operatoria está lejos de ser sencilla o aplicable en el corto plazo. Algunos que contactaron al Banco ICBC – el único que tiene habilitado el clearing por ahora para operar en RMB -, se encontraron con respuestas bastante originales. Desde que no tienen disponible la operatoria aún, a que es lo mismo que hacerlo en dólares, pero demora hasta 72 hs.


¿Qué podemos esperar?


La Resolución Gral. Conjunta Nº5271 mediante la cual se creó el SIRA establecía que las mismas iban a tener un periodo de procesamiento de 90 días máximo. Tal es así que en la misma se establecía que pasado ese periodo si la SIRA permanecía observada se iba a anular. Pues pasaron los 90 días y ahí están, esperando. Consumiendo CEF y con los importadores sin saber qué hacer. Si pedirla de nuevo y dar de baja la antigua. Si dejarla, y pedir otra de nuevo. Muchos están por recibir los productos – porque los agarró el cambio justo en el medio -, y si bien tienen la SIMI no la pueden usar para pagar porque no tienen CUPO, y tampoco se les aprobó la SIRA.


La situación se vuelve más desesperante para aquellas empresas PYMES que fueron invitadas a firmar acuerdos de precios, y de esa manera poder obtener el acceso a las SIRA – no a los dólares inmediatos -, y ven como sus costos debido a la suba del dólar comienzan a subir. Se autorizó suba de tarifas, se otorgaron bonos adicionales a los empleados, los costos locales siguen subiendo, entonces ¿Hasta cuándo se podrá sostener la situación?


El problema de fondo que es la inflación sigue estando ahí latente, y como ya hemos hablado, es probablemente una de las razones que pise más fuerte para que no se permita a los importadores operar en los dólares financieros. El problema es: ¿Hasta cuándo se podrá seguir jugando al gato y al ratón con las importaciones y los precios?


Hace unos meses atrás el ministro de Economía había planteado que, si determinados sectores no acotaban sus precios, iba a abrir las importaciones. Abrir las importaciones solucionaría el problema de los precios en el corto plazo, pero en el largo la macro seguiría alimentando la inflación. El mejor ejemplo lo veremos mañana, cuando el INDEC de a conocer el valor de la inflación de diciembre y el BCRA no pueda tocar las tasas hacia la baja. Hacerlo incentivaría a que los inversores se vuelquen al dólar y de esa manera, la brecha alimente los precios. El círculo está completamente viciado.


El comercio exterior no es una moneda de cambio, no es peón que se mueve para un lado o se sacrifica para proteger a la corona. Es una parte vital de la economía y su funcionamiento. La política con respecto a las importaciones no puede ser usada como un argumento coercitivo hacia los industriales argentinos, quienes están complicados en parte por la falta de insumos que son traídos desde el exterior. No podemos seguir escuchando a los comerciantes o a los dueños de una PYME desesperados porque se están quedando sin recursos, porque sus años de esfuerzo y sacrificio se están esfumando.


Todos queremos lo mismo: que el país salga adelante, y que a la economía le vaya bien. Nadie desconoce el hecho de que para que a uno le vaya bien, al resto le tiene que ir bien también. Tampoco se reniega del hecho de que faltan dólares, y que no puede haber para todos. Pero en ese caso, liberen el acceso a las divisas financieras y busquemos la solución a la inflación por el verdadero camino.


El futuro hoy pinta muy negro: más cepo, o más desdoblamientos con dólares más caros para los importadores, pero siempre teniendo que rogar por el crédito al proveedor. Nada parece indicar, que el SIRA vaya a mejorar. El año pasado no nos subimos al tren de las commodites, y hubiera sido muy importante para reforzar las reservas.


¿Cuántos trenes más nos vamos a perder por seguir tan enfrascados en los problemas económicos internos que no logramos superar? Es hora de tomar el comercio exterior en serio, ya sean las importaciones o las exportaciones, ambos son necesarios y están íntimamente vinculados. El futuro y la inserción de la Argentina en la economía global del siglo XXI depende de ello.

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