Desde la semana pasada hemos observado que el tipo de cambio comenzó a recorrer un camino ascendente y parece haberse despertado luego de meses sin reaccionar. ¿Qué lo llevo a despertar?
Martes 21 de mayo de 2024, Mg. Yanina S. Lojo
Mucho tiempo hacía que no se hablaba de la brecha. ¿Por qué? Porque se encontraba en mínimos históricos. La discusión en las últimas semanas se había centrado en si el tipo de cambio oficial se encontraba apreciado y se necesitaba un ajuste. Pero desde la semana pasada la cotización en los mercados financieros se despertó. ¿Es la suba de tasas lo que está activando este ajuste? ¿Es la presión del mercado?
Baja de tasas, sube el tipo de cambio
La semana pasada el BCRA “sorprendió” con una nueva baja de la Tasa de Referencia. De esta manera, la Tasa para Pases Pasivos paso del 50% al 40% en términos nominales anuales. Se trata de la tercera reducción en menos de un mes y la sexta desde diciembre. De esta manera, las tasas de los plazos fijos en términos efectivos mensuales caerían por debajo del 3%.
Se esperaba entonces una fuerte reacción del mercado. En particular, muchos analistas adelantaron que iba a producirse desarme de posiciones en Fondos Comunes de Inversión y en el Money Market dado que los rendimientos quedaron por debajo de la inflación esperada para el mes de mayo. Aún en el escenario más optimista con un IPC para el 5º mes del año del 5%, este tipo de inversiones han perdido todo el atractivo.
¿Cómo evolucionó el tipo de cambio?
Ayer el tipo de cambio cerró en el mercado libre $1.180, mientras que en Contado Con Liquidación (CCL) $1.142,72 y el MEP $1.106,22. De esta manera, con relación al tipo de cambio oficial la brecha se ubica por encima del 30%.
En el transcurso del 2024, el tipo de cambio mayorista oficial ($888,50) acumula una variación del 9,9%. Mientras que el CCL 17,4% y el MEP 11,2%. En enero, en el Contado Con Liquidación el valor máximo observado fue el $1.304.- Mientras que en el MEP $ 1.251,67. Hoy los valores se encuentran por debajo de los máximos observados, Sin embargo, el contexto es diferente. Y el salto en pocos días encendió las alarmas, ¿o no?
El comercio exterior un factor para tener en cuenta
Como mencionamos anteriormente, había una discusión fuerte sobre si con una inflación acumulada en los últimos meses era sostenible una política de ajuste del tipo de cambio del 2%. Desde el gobierno se confirmó que se iba a mantener esta decisión y que no se esperaban cambios en el corto plazo.
Al mismo tiempo, nos encontrábamos con un mercado que estaba demandando dólares y que mientras la oferta – principalmente desde el sector exportador -, se mantenía no esperaba tener sobresaltos.
Pero se empezó a sentir la incomodidad de muchos exportadores. Recordemos que aquellos que exportan pueden liquidar recurriendo a los beneficios del Decreto Nº28/2023. Esto permite que, de las divisas cobradas, el 80% se liquiden al tipo de cambio oficial, mientras que el 20% lo hagan en el mercado financiero. De esta manera, el tipo de cambio resultante se coloca por encima del mayorista:
Fuente: MATBA-ROFEX
Sin embargo, este tipo de cambio ya no resulta para muchos sectores competitivos por diferentes motivos: fuerte suba de los costos locales, caída de los precios internacionales, incrementó en el precio de los fletes internacionales y el incremento en el tipo de cambio importador.
Por lo cual, en particular desde el sector agropecuario venía solicitando que se eliminar el pago de impuesto país para los insumos que se deben importar de cara a la próxima cosecha. Desde el gobierno confirmaron que por el momento no hay en carpeta la baja de las alícuotas de este impuesto.
Desde Economía, y en un intento de contener el descontento, se decidió reducir los aranceles de importación de herbicidas y fertilizantes. Y además dar un alivio tributario y flexibilizar el acceso al mercado para la importación de bienes de capital (este beneficio afecta a toda la economía). Pero la insatisfacción pareciera mantenerse, y el reclamo principal que tiene que ver con la eliminación de las retenciones, no encuentra respuesta.
El gobierno necesita y cuenta con el ingreso de los dólares del campo para que se pueda continuar acumulando reservas, y no tener que restringir el acceso al mercado para las importaciones. La anterior administración dejó al BCRA en una situación crítica con reservas netas internacionales por casi USD 11.000 millones negativas y una deuda por importaciones de bienes y servicios de casi USD 50.000 millones.
Es importante tener en cuenta que la proyección de los privados en cuanto el ingreso por exportaciones del sector agropecuario se estima en unos USD 30.000 millones. Este valor sería menor que el que se registró en 2023, que ya había sido un año malo como consecuencia del factor climático mostrando una contracción del 34,9% con respecto al 2022.
Los últimos datos de la Bolsa de Comercio de Rosario indican que los ingresos podrían rondar los USD 29 mil millones, por los principales cuatro complejos exportadores de granos. La pregunta entonces sería: ¿Cayó la producción? No, al contrario, hubo un crecimiento mayor al 60%.
Por otro lado, ante las dificultades para pagar al exterior no son pocos los importadores que aprovechando que la brecha estaba en valores mínimos se volcaron al mercado financiero para canalizar sus pagos. ¿Por qué? Porque sus proveedores no aceptaban el pago diferido, y requerían la cancelación de la operación previo su despacho. O bien, porque el volumen de deuda acumulada durante 2023 los dejaba con la única alternativa de suscribir BOPREAL lo cual no resultaba atractivo.
¿Mal momento para tocar las tasas o una solución salomónica?
Muchos analistas consideran que el momento para aplicar una nueva corrección en las tasas no fue el mejor. Pensando principalmente en las dificultades que esta enfrentando la administración para lograr que sea aprobada la Ley de Bases y el Paquete Fiscal. Lo cual genera incertidumbres. Asimismo, la confirmación de que la salida del cepo no será en el corto plazo, como algunos pensaban también habría tenido impacto.
Ante la fuerte baja en las tasas era esperable que hubiera una respuesta en el mercado cambiario. La falta de liquidez y la recesión, así como el ingreso de las divisas del campo hacían suponer que la reacción no podía ser muy fuerte.
La bajas las tasas fue una medida destinada no sólo a limpiar la hoja de balance del BCRA sino también a incentivar el crédito. Que como hemos mencionado antes es necesario si se quiere potenciar la inversión, y solo con ésta puede reactivarse la economía.
La baja de tasas era una manera también de forzar la salida de los pesos del sistema financiero y redireccionarlos a la economía real para de esa manera potenciar el consumo. Sin embargo, pareciera que muchos han optado por volcarse al dólar, y por ello nos encontramos ante la suba en la cotización de la moneda. Después de un tiempo, la demanda supera a la oferta. En los últimos meses, se observaba que muchos argentinos debían vender sus ahorros en dólares para poder afrontar gastos corrientes. Lo mismo sucedía con empresas, que liquidaban sus posiciones ante la falta de liquidez en pesos. Pero en este momento pareciera que hemos vuelto al esquema anterior: quienes poseen dólares no desean venderlos.
Pero quizás la decisión de la baja de las tasas haya sido la solución salomónica que busco implementar el BCRA. ¿Por qué? Porque si bien mantiene su política de devaluación mensual del 2% si hay un leve ajuste en el mercado financiero, mejora el tipo de cambio “blend exportador” y eso podría motivar la liquidación del campo, lo cual refuerza las arcas de la autoridad monetaria que se queda con el 80% de lo que se ingresa.
El único inconveniente es hasta dónde puede llegar el salto, y en dónde quedará el equilibrio de la brecha. Porque si el salto es muy alto, puede nuevamente repercutir en los precios, aunque ante la caída del consumo es muy difícil que el mercado pueda corregir. Quizás el veranito cambiario puede haber llegado a su fin de manera intencional, por lo menos durante un tiempo. La baja de tasas fue muy rápida, y muy fuerte. La inflación y la recesión también. Veremos si el mercado cambiario responde igual o toma otro camino.
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