La situación se está volviendo insostenible, muchas PYMES o comercios han empezado a evaluar la posibilidad concreta de cerrar, los industriales adelantaron vacaciones y las SIRA no aparecen. ¿Había que pedírselas a los Reyes Magos?
Viernes 6 de enero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
Quizás tendríamos que haber aprovechado que hoy, 6 de enero, llegan los Reyes Magos y haberles pedido si no podían traernos alguna SIRA estado SALIDA bajo el brazo. Estimado lector, a esta altura no importa si cree o no cree, es cuestión de apelar a todo lo que uno tiene a mano, porque la situación se está tornando insostenible.
La nueva ventanilla
Ayer se supo que el Centro de Despachantes de Aduana (CDA), cansado de reclamar, tuvo una reunión con el titular de Aduana y pidió un tratamiento especial para las SIRA que son solicitadas como reemplazo de una SIMI/SIRA que ya fue utilizada para pagar al exterior. Estamos hablando de operaciones que fueron completamente canceladas, que sólo resta la nacionalización y que hace quizás meses que juntan polvo y deudas en los depósitos fiscales porque no les aprueban la licencia y no pueden nacionalizarse.
Desde ahora los despachantes de aduana podrán cargar sus reclamos por este tipo de SIRA a través del sitio web del CDA. La realidad es que, hasta ahora, las presentaciones se hacían a través de la aplicación de Solicitud de Contacto del micrositio de la AFIP, pero parecen caer en saco roto.
Nadie entiende porque una SIRA que no implica que se muevan dólares queda durmiendo en la AFIP y no es aprobada. Desde este organismo, dicen que el sistema no diferencia, pero ¿es tan así? El despachante cuando la solicita, marca que es un reemplazo, la carga sin giro de divisas. Entonces, ¿es el sistema que no diferencia o es que no está parametrizado de manera adecuada? Porque sería simple, cualquiera que haya trabajado con un sistema informático sabe que si se quiere todo se puede lograr. Por ejemplo, se podría marcar de una manera especial para que pase delante de todo en la cola y que le arroje un cartel a quien debe aprobarla para que sepa que se trata de una condición especial.
Los despachantes de aduana están haciendo todo lo posible para ayudar a sus clientes, pero ya ni ellos saben cómo hacer. Esta nueva herramienta trajo un poquito de esperanza, pero la verdad es que muchos importadores ya están desesperanzados.
¿Habrá dólares?
En primer lugar, es necesario remarcar que la mitad de lo que se recaudó con el dólar soja se va a ir para pagar deuda tanto privada como al FMI. ¿Cuánto? Se espera una salida de al menos USD 2.300 millones.
Durante la gestión del exministro Guzmán, se hizo un canje de deuda en dólares y los cupones de deuda comienzan a vencer a partir de este mes. El próximo lunes se espera un desembolso de unos USD 982 millones, USD 39 millones por bonos en euros, dando salida a unos USD 1.021 millones. Asimismo, se deberá pagar al FMI unos USD 1.282 millones. En otras palabras, lo que se recaudó con el dólar soja se irá en un solo día. Los pagos al organismo internacional seguirán durante el mes de enero, pero se calzarán con los dólares que irá recibiendo nuestro país a través de los DEGs (Derechos de Giro Especiales). Por lo que, Economía tendrá que empezar nuevamente la tarea de sacar dólares de la galera para cumplir con las metas de reservas para este año.
Hay algunos operadores que dicen el mercado ya descontó esta situación y que no debería traer más desequilibrios, y que el dólar con los movimientos de estos últimos días ya se acomodó. Otros remarcan que la última semana el BCRA estuvo reventando cuanto bono se le atravesó en el camino para tratar de sostener el valor de las divisas financieras, entonces nadie sabe realmente cómo va a seguir.
Lo que, si queda claro, que la posibilidad de llevar adelante un nuevo dólar soja es difícil primero porque el FMI ya le bajó el pulgar y, segundo porque la cosecha, aunque no tan mala será escueta y el campo buscará liquidarla pronto puesto que necesita hacerse del capital. Pero a diferencia del año pasado, las negociaciones con los exportadores y las acopiadoras serán más duras. ¿Por qué? Porque hasta ahora, con la implementación del dólar soja los productores no han recibido ningún beneficio y no estarán dispuestos a entregar su producto así no más. Por ello, empezó a circular el rumor de que quizás este año nos presenten un nuevo dólar: el dólar carne.
Se espera que para 2023 las importaciones de energía, cuando llegue el invierno, no sean tan altas lo cual daría más margen de maniobra, pero aún es pronto para saber si realmente se logrará y el verdadero impacto.
La conclusión a la que podemos llegar es que seguirán faltando dólares, y que la situación que se agravó durante el último trimestre del 2022, y que se esperaba que mejorara en abril con la llegada de los dólares del campo probablemente no suceda. Lo cual plantea un escenario muy negro no sólo para los importadores de insumos terminados sino para toda la economía en general.
Sin stocks y con paradas
Muchas empresas están vendiendo lo último que les queda, y creen que si pronto la situación no se revierte cuando termine el periodo vacacional probablemente se queden sin stock.
Al mismo tiempo, muchas fábricas adelantaron las paradas de producción para enero a la espera de que quizás durante este mes, la situación se mejorará. Pero por el momento, no pareciera que nada fuera a cambiar. La aprobación de las SIRA se mantiene dentro de los porcentajes que se venían dando y sin discriminar si se tratan de bienes finales, insumos, materia prima o maquinaria. En otras palabras, toda la cadena productiva de la industria nacional se está resintiendo, y uno de los tantos efectos directos, va a ser la desinversión. El otro, el que nadie quiere mencionar, es en el empleo: puede que no tarden en llegar las suspensiones o los despidos. Muchos empresarios quisieron dejar pasar las fiestas, dar las vacaciones para ganar tiempo, pero si la situación se mantiene no van a poder evitarlo van a tener que empezar a suspender al personal.
Mientras tanto desde el gobierno insisten que muchas organizaciones durante el 2022 se sobrestockearon y que, en realidad, están tratando de hacerse de insumos o mercaderías antes de las elecciones por temor a una posible devaluación del peso. Puede que sea verdad, puede que sea el caso de algunas empresas, muy poquitas. Las PYMES no tienen espalda para eso. En el contexto económico actual las pequeñas empresas y comercios apenas si pueden seguir con su operación normal. Es por ello, que lo que se pide es criterio a la hora de evaluar las licencias.
La situación financiera de una pequeña empresa del interior del país no es la misma que la de una multinacional. Podrán decir que no hay recursos para ello. Entonces el problema es el sistema. Si se implementa un mecanismo nuevo para traer certidumbre y previsibilidad, pero no puede discriminar entre PYMES, insumos, bienes de capital, empresas que importaron poco y las que importaron mucho, entonces el régimen está fallando. Independientemente, de que todos están intentando seguir con su negocio y tienen derecho a seguir operando. Siempre volvemos a lo mismo, si la cuestión es preservar los dólares oficiales es posible solucionar la situación habilitando el acceso a dólares financieros.
Ayer la UIA dio a conocer un informe entre sus asociados “Desde el 16 de diciembre a la fecha se han remitido listados con más de 3.900 SIRAs pendientes de 593 empresas, de las cuales a la fecha tenemos conocimiento de que se aprobaron el 21% de los casos por el 26% del monto acumulado”, cita el informe.
El futuro que nos espera
La UIA reconoció que aquellas empresas que acordaron entrar en el programa de Precios Cuidados les mejoró la situación, y obtuvieron plazos de pago menores (60 a 90 días) pero la realidad es que si no les aprobaran las SIRA tampoco podrían cumplir con los acuerdos cerrados. Pero ¿y el resto? ¿Qué va a pasar con aquellos sectores con los que a Economía no le interesa acordar?
El futuro es incierto para toda la industria nacional, para el comercio y para un montón de actividades relacionadas con el comercio exterior. El impacto en la economía es mucho mayor de lo que muchos medios de comunicación – que recién parecen enterarse del problema -, logran dimensionar. ¿Qué debemos decirle a un comerciante que hace más de tres meses que no pueden importar y que pronto no van a tener mercadería para vender?
Ayer muchos se animaron a empezar a contar una realidad que corría como un susurro en el rubro: insumos críticos de la industria médica están teniendo problemas para obtener sus SIRA o incluso para poder pagar al exterior, aun cuando son considerados excepciones dentro del régimen. Quizás el ruido que esto genera logre que algo se destrabe. Pero en un panorama tan complicado como el actual, el 2023 parece que será un año tanto o más difícil que el 2022.
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