Tras confirmarse los resultados la pregunta que queda ahora es cómo impactará en general en la Argentina, pero más específicamente en el comercio exterior. ¿Se abrirán nuevas oportunidades? ¿Qué se viene?
Miércoles 6 de noviembre de 2024, Mg. Yanina S. Lojo
Haciéndose confirmado el resultado sobre quien dirigirá el futuro de Estados Unidos en los próximos años, podemos empezar a pensar cómo se configurará la competencia internacional y qué impacto podría tener en nuestro país.
Donald Trump ya adelantó algunas de las medidas que podría tomar con relación al intercambio comercial con México, pero además está China, y los antecedentes de cómo se manejo la relación bilateral. ¿Se viene una ola de proteccionismo en Estados Unidos? ¿Puede esto beneficiar a Argentina?
¿Cuáles son los antecedentes?
Durante la anterior presidencia de Donald Trump, los Estados Unidos inicio un proceso bastante complejo en el marco comercial donde se tomaron varias medidas proteccionistas, con un país mucho más cerrado al mundo y con un conflicto comercial con China significativo.
En general, durante la presidencia de Trump se priorizaron las relaciones bilaterales a los acuerdos bilaterales. Y aunque se firmaron varios acuerdos comerciales, hoy pareciera que la decisión es ir en contra de estos. En general, fue una administración proteccionista que buscó mediante incentivos repatriar empresas que habían trasladado su producción a otros países. Y aunque algunas volvieron, no se logró el impacto deseado en el empleo.
Suba de aranceles
Una de las cuestiones que llamó más la atención fue el anunció de Trump de que subiría los aranceles de las importaciones provenientes de México. Según indicó una de sus primeras medidas será subir los derechos al 25%. Pero indicó que podría llevarlos hasta casi el 75%. La pregunta obvia para aquellos que estamos en comercio exterior es: ¿Y el NAFTA?
Recordemos que existe un acuerdo de libre comercio firmado entre Estados Unidos, México y Canadá que establece que la mayoría de los productos originarios de estos países en el intercambio intrazona estén alcanzados por una alícuota del 0%.
La relación entre ambos países es muy fluida: México es el segundo destino de las exportaciones norteamericanas, y el segundo origen de las importaciones que realizan los estadounidenses.
Este anuncio de parte de Trump nos deja pensando sobre el futuro del acuerdo entre los tres países. ¿Estados Unidos romperá el NAFTA? ¿Será el fin de un acuerdo de integración que en su momento quiso ampliarse y llegar a abarcar más países de la región?
Pero no solo la suba de los derechos se aplicaría a México. La promesa llega más allá, ya que evaluaría introducir aranceles sobre todas las importaciones estadounidenses, y puso como ejemplo, llevar el derecho de importación al 20% sobre todos los bienes sin importar el origen, mientras que en el caso particular de China evaluaría fijarlo en el 60% e llevar la alícuota al 100% sobre todos los coches producidos en México.
La propuesta no parece muy viable desde el punto de vista económico porque, aunque el argumento es tratar de fomentar la industria local, la decisión encarecía fuertemente los insumos, los bienes de capital que son importados por los mismos fabricantes estadounidenses.
La relación con China y la Unión Europea
En el caso de China, la última presidencia de Trump terminó desencadenando una guerra comercial y no pareciera que fuera a tener un mejor camino en este periodo. Por el contrario, los anuncios de parte los cambios en aranceles nos marcarían que la decisión de que los insumos y productos terminados chinos tengan complicado el acceso a los Estados Unidos. Claramente, habrá que ver cómo responde China a la actitud de la nueva administración.
Es una de las grandes incógnitas más después de las declaraciones vinculadas con la suba de aranceles. Porque en el caso de la Unión Europea esto podría impactar negativamente haciendo caer el PBI según algunas estimaciones hasta un 1,5%, por las pérdidas en exportaciones. Es importante remarcar que según informó la Comisión Europea durante 2023 desde la Unión Europea se exportaron a Estados Unidos unos 502.300 millones de euros, lo que representa una quinta parte del total exportado. Si la economía en la eurozona empieza a verse complicada, el euro se podría depreciar para tratar de mejorar la competitividad de las empresas europeas.
¿Cómo nos pueden impactar a nosotros?
De muchas maneras, aún muy difíciles de predecir. Por un lado, si Estados Unidos comienza nuevamente a reducir su intercambio comercial con China o confronta, el fenómeno que se observó en el último tiempo del gigante asiático volcándose a comprar commodities a países como Brasil o Argentina. Esto incrementaría la demanda e impactaría en los precios. ¿Cómo? Dependerá de muchos factores que aún es difícil predecir, pero si sabemos que Argentina podría aprovechar la oportunidad.
Estados Unidos es uno de nuestros principales socios comerciales, destino y origen de las operaciones de comercio exterior, y una suba de aranceles – si se produjera -, podría complejizar la competitividad de los productos argentinos.
También hay que pensar que puede pasar con el dólar y las tasas de interés porque si la moneda Norteamérica gana fortaleza, los precios de los commodities tienden a la baja, por una relación inversa que guardan. Asimismo, podríamos ver que baja de las tasas por parte de la FED se desacelere y en ese caso, Argentina no se vería beneficiada. Más en el contexto en que busca volver a los mercados financieros a obtener financiamiento.
Por otro lado, es probable que la negociación con el FMI que se venía posponiendo tome impulso ahora que el futuro electoral se ha definido. Pero eso no cambiará probablemente la voluntad del organismo.
Es importante que más allá del hoy y la euforia de los mercados financieros, es necesario tomar con calma la situación porque aún es muy pronto para determinar cómo seguirá evolucionando el escenario económico internacional, ya que hay muchos jugadores. Por ejemplo, entre las primeras reacciones el peso mexicano y el real han ido perdiendo valor ante los resultados.
Pero más allá de eso, toda oportunidad que se generé dependerá de nosotros y como la capitalicemos. Por ejemplo, es momento para darle un impulso al sector agroexportador en general, y a todas las economías regionales, para capitalizar las oportunidades que podrían generarse. Hoy las retenciones siguen siendo el principal reclamo del sector. Sin embargo, hay otras cuestiones que se vuelven clave para dar mayor competitividad: desarrolló de infraestructura, carga tributaria, acceso al financiamiento, entre las varias que se pueden mencionar. No hay que desaprovechar las oportunidades que se puedan generar con un mundo que se reconfigura a diario. El momento de Argentina es siempre que Argentina este dispuesta a aprovecharlo. ¿Lo estamos?
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